Ampliando horizontes
La inclusión es un tema que ha sido cobijado por más personas. El lenguaje inclusivo no ha sido la excepción, pero no estamos hablando del “todos, todas y todas”, sino de la lengua de señas.
En Dayton Consolidated School, ubicado en Maine, al noreste de Estados Unidos, esta fue la actitud, y no de un solo estudiante, sino del centro educativo completo. La institución y sus miembros se dieron a la tarea de aprender lengua de señas básica para poder darle la bienvenida a una nueva alumna: Morey Belanger, de 6 años y con discapacidad auditiva.
Carteles pegados en las paredes de la escuela, capacitaciones a los alumnos y un sistema de asistencia entero para ayudar a los estudiantes con discapacidad auditiva, fueron algunas de las implementaciones en el colegio para que todos pudieran comunicarse con Morey. Actualmente, muchos de ellos ya pueden hacerlo sin mayor problema, y los demás se siguen capacitando con tutoriales y libros para poder comunicarse mejor.
Morey ha movido el corazón de todos los integrantes de Consolidated, y desde antes de llegar a sus instalaciones ya se siente cobijada por ellos.
Los responsables del colegio han colocado carteles con indicaciones que muestran cómo comunicarse en lengua de señas a través de las frases más comunes, tales como: hola, por favor, gracias, entre otras.
Sin saberlo, Morey nos ha enseñado mucho; ha traído una cultura a nuestro edificio, que no teníamos antes”, afirma Kimberly Sampietro, directora del establecimiento educativo.
Morey ingresó ya al colegio y a diferencia de muchos otros niños en esas condiciones, ella sí se siente cobijada, gracias a los esfuerzos de los compañeros que han aprendido a comunicarse con la estudiante. De esta forma, pretenden hacerla sentir más incluida.
Los niños la han abrazado, la admiran, la quieren cerca y quieren relacionarse con ella”, afirma Kimberly.
Shannon Belanger, la madre de la pequeña Morey, está muy emocionada y agradecida con el personal del colegio por todo el trabajo realizado por los maestros, alumnos y demás encargados.
Siento que todo esto la hace sentir bienvenida. Creo que todos los niños están entusiasmados con conocer otro idioma, ya que piensan que es divertido”, comenta Balanger.
A pesar de que la idea se inició como un lindo gesto para la nueva niña, terminó siendo la herramienta adecuada para que los niños que estudian en ese lugar comiencen a darle prioridad a la inclusión, tema fundamental para la armonía entre las personas.
Morey ahora se desenvuelve de manera más cómoda y libre frente a sus compañeros y maestros, y los demás cuentan con otra habilidad para entender a quienes tienen mucho que expresar, pero no siempre cuentan con receptores que entiendan su sentir y pensar.
¿Crees que esto también debería implementarse en los colegios del país?
Fuente: ABC