Brenda Campos Moreira ha crecido en el mercado de La Placita, pues su familia tiene más de 50 años de tener una tienda de vestidos, que ha pasado a tres generaciones. Este inició por su abuelita, quien decidió empezar ese proyecto con el fin de emprender en algo que le gustara, así como para progresar económicamente. Ella siempre fue la responsable del local, pero se enfermó y su hija continuó con el negocio.
Desde la niñez, Brenda recuerda haber permanecido en el mercado, ya que observaba cómo las mujeres de su familia atendían y eso causó que con el tiempo se esmerara con la atención al cliente. Pero, en aquella época su madre era la responsable del negocio, esto cambiaría con los años.
La mamá de Campos también enfermo y murió, entonces ella se quedó a cargo del comercio.
Campos ha asegurado que para ella es un honor mantener un negocio que es reconocido, uno en el que se ha ganado bastante clientela. Agrega que se siente feliz de haberlo logrado expandir, aquel que sus familiares soñaban con que floreciera.
Durante todo este tiempo también han enfrentado muchos problemas.
“Sí han pasado situaciones difíciles, porque nos han asaltado tres veces y se llevaron todo. Volver a empezar es duro. Asimismo, supimos que los empelados nos robaron. Sin embargo, cada una de las vivencias que hemos pasado sirvieron para seguir creciendo”. Brenda Campos.
Pero no todo ha sido malo, sino también han disfrutado de las mieles del éxito junto a su familia.
“Me satisface ver las fotos de la gente, usando los vestidos, se miran hermosas y felices. Además, me da alegría saber que fui parte de ese sentimiento”. Brenda Campos.
Otra recompensa a la labor de Brenda es un reconocimiento que le otorgó un banco, en el cual se mencionó el esfuerzo que ha hecho para seguir trabajando con este local de generaciones.
Sin embargo, Campos Moreira analiza el futuro del negocio de su abuelita y su madre, debido a que sus tres hijos varones, se dedican a otras actividades, que no involucra la moda. Uno es ingeniero, el otro trabaja en una aerolínea y un estudiante universitario. Por ello, asegura que el local podría quedar en manos de su hermano, pues sería el responsable de continuar.
Mientras tanto, Brenda disfruta de atender a todas las personas que visitan su negocio.