Inspiración en su tristeza
A diario se crean productos y servicios que buscan impactar a los posibles clientes, y crear una alta demanda. A pesar de que muchos de ellos son de gran utilidad, también repercuten en el medioambiente. Kevin Kumala se percató de ello y decidió crear un producto que sea útil, pero positivo para la salud del planeta.
Kumala es un biólogo que apostó por lanzar al mercado una idea innovadora que pretende sustituir las bolsas de plástico por otras hechas de yuca que al tiempo de ser desechadas al agua, se transformen en alimento para los peces.
Kevin vivió sus primeros años en Bali, lugar lleno de hermosas playas y paisajes paradisíacos, pero la vida le ofreció la oportunidad de estudiar biología en Estados Unidos, lugar en el que vivió diez años.
Después de cerrar su ciclo en ese país, decidió regresar a su lugar de origen. Estaba muy emocionado, ya que volvería a experimentar la libertad y paz que tanto extrañó. Lamentablemente, al regresar se percató de que nada era igual. Las playas estaban repletas de basura, las calles llenas de plástico. Sus tardes de buceo no volvieron, pues en cada rincón de los corales había plástico atascado. Al sentirse frustrado y triste por eso, comenzó a surgir en él un gran deseo de recuperar esas mágicas áreas que lo vieron crecer.
Avani Eco
Así fue como nació la idea de Avani Eco, una empresa productora de envases desechables con apariencias físicas y visuales al plástico convencional. La diferencia es que estos están fabricados con componentes que pueden desintegrarse con facilidad y sin dejar rastros tóxicos, lo que reduce el daño al medioambiente.
Las bolsas plásticas se tardan 400 años en desintegrarse, mientras que las bolsas de Avani Eco, únicamente tienen una vida útil de 100 días como máximo.
Este emprendimiento recibió el galardón por responsabilidad ambiental y pretende convertirse en el producto líder y sustituto de las dañinas bolsas plásticas.
Fuente: Libertad y pensamiento.