Los avispones gigantes asiáticos o Vespa mandarinia son considerados como invasores por la amenaza que representa a las abejas melíferas. Esta especie suele destruir en cuestión de horas colmenas de abejas, arrancándoles la cabeza a los adultos y dándoles a sus crías las larvas jóvenes de estas para que se alimenten.
A finales de 2019, en Washington, Estados Unidos, alertaron a los apicultores que estuvieran atentos, ya que detectaron en el Estado la presencia de estos insectos, los cuales atacaron a varias colmenas de abejas. Se dice que probablemente ingresaron a través de barcos provenientes de Japón o China.
“En el continente americano hasta ahora solo se ha detectado su presencia muy recientemente en la isla de Vancouver, en Canadá, de donde según las autoridades ya habría sido eliminada. Y desde finales de 2019 se ha informado su introducción en Estados Unidos, en el Estado de Washington. Al sacar estos registros no hay datos de la presencia de esta temida especie en otras partes de América. Se considera que su ingreso en estos casos fue accidental y probablemente ligado al transporte comercial de productos”, comentó el biólogo, Luis Fortich a AgroLatam.
La llegada de estos depredadores ha preocupado, ya que las abejas en gran parte del mundo su población se ha reducido y esto podría acelerar su extinción, si no se frena a tiempo. Asimismo, afectaría al ser humano al no poder polinizar los sembrados, lo que provocaría que la industria alimenticia se encuentre en riesgo y con pérdidas de más de US$9 mil millones.
El avispón posee una poderosa mandíbula, tiene cinco centímetros de largo, cabeza grande de color amarillo y naranja, ojos prominentes, abdomen con rayas negras y amarillas, además de un aguijón de aproximadamente medio centímetro.
“Los Vespidae son predadores y capturan principalmente insectos para alimentar a sus larvas y a ellos mismos. Su par de alas membranosas les permite un vuelo eficaz y como tienen patas largas y ágiles también son hábiles en el suelo. Las hembras poseen un potente aguijón que está asociado a una glándula de veneno y utilizan para defensa y captura de presas”, dijo Luis Fortich.
Asimismo, los avispones tienen la capacidad de picar no solo una vez, sino varias veces antes de morir. Se estima que 50 personas fallecen al año en Japón a causa de la picadura de este insecto, ya que su potente veneno y aguijón son capaces de perforar trajes de apilcultores como en la ropa de las personas, indicó el biólogo Luis Fortich.
“En su veneno hay una feromona que es como un imán para otros avispones. Así que puedes ser atacado por un enjambre solo por ser picado por uno. Lo peor que cualquiera puede hacer con estas cosas es matarlas. Ese aroma va a estar en el aire y el resto de la colmena vendrá”, dijo Anthony Planakis, apicultor jubilado del Departamento de Policía de Nueva York a Infobae.
En la década de los ochenta un cargamento de madera introdujo accidentalmente el avispón a Argentina y hoy se encuentra en San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y el sur de la provincia de Buenos Aires. Esto ha provocado pérdidas en la fruticultura y alteración en el turismo. Luis Fortich recomienda que se contenga la población de estos insectos y se destruyan los nidos. También, la profesora de entomología de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida de la Universidad de Arizona, Wendy, Moore, concuerda en exterminar la especie para que no amenace con su propagación a América Latina.
Fuentes: CNN, El Tiempo, AgroLatam, Infobae.