El bus de la ruta 69 va sobrecargado, como siempre es normal ver a las personas colgadas de la puerta tratando de subir, aferradas al tubo de la entrada y esperan no caerse en cualquier mal movimiento del chofer. Tras el automotor, un grupo de vehículos bocina insistentemente para que avance, “ya vamos tarde” le gritan, mientras el ayudante les responde con una grosería.
Cuando por fin arranca, de su escape salen grandes cantidades de humo, en un momento el carro de atrás pierde la visibilidad y sube sus vidrios para no sentir el fétido olor que emana del escape. El panorama es distinto para los que van a pie, quienes soportan no solo el humo de un bus sino de varios.
Laura Simón ha sustituido un lápiz labial por una mascarilla médica. “Desde que me enfermé de infección en la garganta, no he dejado de usarla por recomendación del médico, además porque el aire está muy contaminado”, cuenta. Se le dificulta respirar, incluso hablar.
Mientras se dirige a su trabajo, se cubre la boca para no respirar el humo de las camionetas, motos o vehículos que transitan por la ciudad. Sin embargo, cuenta que el peligro más grande no lo corre en las calles sino en su propio trabajo: una maquila, no solo porque sus compañeros fuman y no tienen un espacio designado para ellos, sino por “la maquinaria vieja que expulsa humo muy seguido”, dice Laura.
La contaminación del aire afecta a la mayoría de personas, solo 1 de cada 10 personas respira aire puro, de acuerdo con la OMS. Entre 2008 y 2013 los niveles globales de polución aumentaron un 8 por ciento.
Impacto en la Salud
Diminutas partículas invisibles de contaminación penetran profundamente en nuestros pulmones, torrente sanguíneo y cuerpos. Estos, son responsables de alrededor de un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, enfermedad respiratoria crónica y cáncer de pulmón, así como una cuarta parte de las muertes por ataque cardíaco. También es una causa de asma y enfermedades respiratorias crónicas.
De acuerdo con datos de la OMS, se registran 8 mil 728 muertes por contaminación del aire en Guatemala.
Los contaminantes
Carbón negro
Producido por motores diésel, basura quemada, estufas que usan carbón, queroseno o biomasa (materia orgánica como madera o desechos de animales).
Dicho componente es tan fino como para penetrar profundamente en los pulmones, el torrente sanguíneo, el corazón y el cerebro, causando respuestas inflamatorias, así como otros efectos a largo plazo en la salud. Su vida útil es solo de hasta diez días.
Ozono a nivel del suelo
Se produce mediante las emisiones de metano, óxidos de nitrógeno y otros contaminantes. Es un factor importante en las enfermedades respiratorias y se ha demostrado que disminuye los rendimientos de los cultivos.
Se agota en unos pocos días, pero las huellas pueden permanecer durante 1-2 meses, actuando como agentes de calentamiento del clima.
Metano
Cuarenta por ciento de las emisiones de metano generado por el hombre proviene de la agricultura, principalmente arrozales y producción ganadera. A esto le siguen las emisiones de aguas residuales y desechos sólidos, así como la producción de petróleo y gas.
Espacios libres de humo
Fumar en espacios cerrados está prohibido desde 2008, cuando entró en vigor la Ley de Creación de los Ambientes libres de Humo de Tabaco, sin embargo, la normativa solo fue respetada durante un tiempo y luego abandonada.
La Ley establece que “no se puede fumar en medios de transporte de uso público colectivo, comunitario o cualquier vehículo utilizado para transportar personas de un lugar a otro”. Aunque es muy común ver que “hasta los propios choferes fuman”, expresa Laura.
El artículo 6 de la ley señala que fumar en establecimientos restringidos -lugares públicos cerrados, lugares de trabajo y medios de transporte público- tendrá sanciones de 10 salarios mínimos.
Según una encuesta sobre tabaquismo, 21.6 por ciento de los jóvenes indicó que no fuman, pero están expuestos como fumadores pasivos, porque inhalan el humo de un fumador activo en su hogar y el 38.6 por ciento señaló que ha estado expuesto al humo de tabaco en lugares públicos, pese a la Ley de Ambientes Libres del Humo de Tabaco.