Por: Fernando de León
Los diseños, las telas y la exposición de diversos colores son elementos que caracterizan los artículos y la vestimenta hecha a mano por artesanos guatemaltecos. Este arte resalta porque cada obra conlleva tiempo, dedicación y esfuerzo que luego se convierte en un objeto único con un valor inigualable. Según la mitología maya se cree que Ixchel, la diosa maya del agua, el tejido, la luna y el parto, les enseñó a las primeras mujeres a tejer.
Ana Lara desde su infancia adquirió un gran amor por la confección de la vestimenta maya. Todo empezó a sus 6 años cuando observó a su abuela lucir un huipil de la región de Cobán, Alta Verapaz. Años después, cuando consiguió su primer trabajo, decidió comprarle un corte a su abuela y tomó la decisión de elaborar su primer diseño, una falda pantalón.
En la década de 1970, esta emprendedora creativa, comenzó a diseñar prendas para ella misma con textiles típicos. Al caminar por las calles, supermercados y diversos lugares, varias personas se le quedaban viendo por su peculiar atuendo. Un día, Ana se encontraba en un avión lista para viajar cuando una mujer se le acercó y le dijo: “Yo tengo una boda y quisiera que usted me haga un vestido como el suyo”, a partir de ese momento se motivó y decidió dedicarse a la confección de prendas.
Motor de motivación
La mayor inspiración de Anita, como le dicen cariñosamente, es rescatar, preservar, ayudar y dignificar el arte textil que los artesanos han tejido de generación en generación. “El proceso de confección de una prenda es largo, el artesano empieza su proceso con la materia prima, luego pasa al diseñador y por último al confeccionista”, relató, Ana Lara.
El tiempo de elaboración de una prenda puede llevar hasta 18 horas. En el proceso del textil se invierten aproximadamente 500 horas.
Actualmente, trabaja con más de 100 artesanas de distintas comunidades y regiones del país.
Sueño por cumplir
Ana Lara tiene su propia marca de ropa Anita Lara, su sueño más anhelado es que por medio de sus vestimentas el arte textil maya sea conocido en el mundo. Asimismo, espera que por medio de su trabajo inspire a varias personas para que compren sus productos y de esa forma brindar más oportunidades de trabajo a más artesanos.
Con las frases: “Un equipo de manos mágicas” y “ellos se montan al barco y se enamoran de lo que hacen”, Anita define, de esta manera, a sus compañeros de trabajo, ya que entienden la visión y misión de su proyecto.
“Obras de arte, piezas únicas, textiles únicos con manos mágicas de todo un equipo. Ninguno sin el otro puede lograr lo que estamos haciendo”.- Ana Lara