Por: Fabian Waintal, exclusivo para Relato
Cuando en el Teatro Dolby alguien decía que “La Favorita” tenía 10 nominaciones al Oscar, nadie creía que hablaban de la película La Favorita, porque el gran favorito de la noche, siempre fue el mexicano director de la obra maestra Roma. Más allá de las polémicas de ser una producción de Netflix que en Hollywood solo se estrenó en 200 salas de cine independientes y las grandes cadenas de USA y México incluso se negaron a estrenar; más allá de no haber sido aceptada en la anterior entrega de premios del Sindicato de Actores, porque las actrices mexicanas no son del sindicato norteamericano; más allá de ser una película digital de blanco y negro que los miembros de la Academia tuvieron que “leer” con subtítulos en inglés por ser del idioma español; el Oscar a la Mejor Película Extranjera, Mejor Director, Mejor Cinematografía y Mejor Guion Original, tiene un solo dueño: Alfonso Cuarón.
¿Qué significa el premio de Roma, en comparación con el anterior de Gravity?
-Probablemente este premio tiene mucho más significado (que Gravity) porque se trata de una producción mexicana, con una historia en español, en blanco y negro, sobre un personaje que siempre fue invisible en el cine y la sociedad. Además, en todo mi trabajo es la que menos expectativas tenía porque no tiene el menor factor del Oscar.
¿Y el hecho de haber ganado el Oscar de la categoría Mejor Película Extranjera, genera también cierto patriotismo?
-El premio le pertenece a México, es una producción mexicana en un 100 por ciento. Todo, por donde la veas es México. Y jamás hubiera ganado si no fuera por México.
¿Es cierto que había escrito el guion de Roma basado en la infancia de su propia vida, pero no se lo había querido mostrar a nadie?
-Sí, el proceso de escribir el guion fue también muy corto. Fueron como tres semanas, pero el proceso más largo resultó el tiempo que me tomé en pensar cómo hacerlo. Yo quise ir directamente de mis recuerdos a las páginas, sin ninguna mancha.
¿Y cómo fue que se decidió a sumergir tan profundamente en una historia sobre su propia infancia?
-La primera vez que había pensado hacerla, probablemente fue en 2006. Y no me apuré a hacer nada. Supongo que la respuesta es que había llegado el momento de filmarla, por la edad, tenía que hacerla. Supongo que ya no había encontrado más excusas para no hacerla.
¿Lo más difícil de todo el rodaje?
-Lo más difícil fue evitar caer en los viejos hábitos, sin tratar de preconcebir demasiado ni controlarlo todo, buscando ciertas soluciones efectivas. No me preocupé, solo quise encontrar esos momentos. Lo más duro fue la combinación de entusiasmo y pavor que yo tenía cada mañana, tratando de sobrellevar el miedo que tenía hasta que llegaba al estudio, porque ya después también lo disfrutaba más.
¿Y lo mejor?
-Es interesante la discusión que se generó en México sobre el racismo y las trabajadoras domésticas. Están utilizando la historia como un conexión para conseguir leyes para las organización de trabajadoras domésticas, igual que en Estados Unidos. Eso es interesante, porque Yalitza es la primera representación en cine, de una mujer indígena. Y ella entiende el valor simbólico que tiene. Es una discusión que necesitábamos plantear desde hace tiempo. Supongo que es un momento en donde el país también ha reconocido que es un país racista. Sí.
¿Y sorprende que incluso en Estados Unidos donde el servicio doméstico suele ser de origen mexicano, la película Roma haya generado tantas discusiones sociales?
-Me pone muy contento que se haya creado una discusión, aunque no haya sido intencional, porque yo solo quise filmar una historia personal en un contexto verdadero. Pero, la polarización es parte de la naturaleza de cualquier negocio y en particular el nuestro, que es probablemente lo que más orgullo me da al darles una plataforma al movimiento de la Alianza de Trabajadores Domésticos, con Roma. El personaje principal, se trata de una trabajadora indígena que aunque viene de la pobreza está al frente de la historia, mientras que en la sociedad real las mantenemos al margen. Por eso me gusta generar una discusión, para exponer también un comportamiento muy patológico de la sociedad.
¿Pero está de acuerdo que una película gane el Oscar sin pasar por una sala de cine? Gente como Steven Spielberg dice que debería competir por un Emmy que es el premio de TV y hay quienes dicen que el éxito de Roma es la muerte del cine independiente, porque básicamente no se necesita estrenar en una sala de cine para competir por el Oscar…
-Yo preguntaría cuántas salas de cine crees que hubieran mostrado una producción en blanco y negro, en español y sin estrellas. ¿Qué tan grande pudo haber sido el lanzamiento en un estreno convencional de cine? Yo tuve una mayor exposición de cine, mucho más grande. Todavía se está viendo. Eso es muy extraño para una película extranjera. Por eso me parece injusto decir algo así. Deberíamos comparar con otras producciones extranjeras que se estrenaron este año, si pudieron verla tanta gente. Y después mira la cantidad de territorios donde hoy se está viendo Roma. Espero que se termine la discusión entre Netflix y las plataformas en general. Creo que las plataformas y las salas de cine deberían unirse y darse cuenta que están discutiendo sobre lo mismo. Y lo importante es que pueden crear diversidad en el cine.
¿Cree que Netflix bien puede ser una plataforma de cine, sin una sala de cine?
-Hoy existen directores de cine, interesantes directores de cine en plataformas diferentes porque no tienen miedo de hacer ese cine. Y como Roma, yo espero que muchos otros puedan estrenar en una sala de cine y consigan mucha más exposición que yo. El año próximo habrá más o incluso este año, con Scorsese. Veamos ese estreno de cine y volvamos a hablar.