Kevin González estudió Ingeniería en Sistemas, en la Universidad del Valle y al graduarse junto a un amigo fundó una empresa de desarrollo software. Tomó el riesgo de renunciar a su trabajo y asumir el reto de irse a vivir a China junto a su esposa e hijo. Allá le surgió la oportunidad de fabricar y vender tabletas a un cliente de Colombia.
Así surgió Molvu, una marca que está por cumplir ocho años como empresa. Junto a otro socio, Kevin comenzó una operación pequeña en el país asiático para producir tablets y exportarlas a clientes que estaban buscando productos personalizados, con variedad de colores y en cantidades pequeñas.
Hay un mercado electrónico en China, que es el más grande del mundo, en donde hay quioscos que venden la pieza que necesites, la compras y ensamblas. De esta forma, encontraron cómo conseguir piezas en poca cantidad para armarlas. Asimismo, comenzaron a crear todos sus productos y a conseguir clientes a los que podían venderles alrededor de 200 a 300 tablets.
Kevin recuerda sus inicios en los que la inversión inicial fue de unos US$2 mil, que era la que también le servía para vivir junto a su familia en China, mientras estudiaba.
“Se nos ocurrió pedirles a los clientes que nos dieran un anticipo y así comprábamos las piezas. Por alguna razón confiaban en mí que era un joven desconocido, pero gracias a Dios cumplíamos y poco a poco la producción creció de 10 productos a 100 y luego a mil”, cuenta.
Juntos con sus socios tomaron la decisión de tener un espacio fijo para montar una línea formal de proceso de ensamblaje de tablets. Con el tiempo obtuvieron varios clientes importantes como Walmart y Cemaco, que buscaban a alguien que ofreciera buen precio y cantidades no tan grandes. Después, con la necesidad de ofrecer otros productos se diversificaron.
Regresó a su país para instalar un centro de servicio para apoyar de forma más eficiente a todos sus clientes, así que dejó su fábrica en el país asiático. Kevin vio la necesidad de dar su producto directamente a las personas, ya no por medio de un proveedor. Decidió abrir las redes sociales de Molvu y con un seguidor nuevo cada día se dio a conocer aún más.
En la actualidad, Molvu cuenta con un canal E-Commerce, con una afluencia de alrededor de 500 mil usuarios que adquieren los productos tecnológicos entre tablets, bocinas y mochilas con una identidad bastante marcada de Guatemala.
Como empresario joven, Kevin considera que su mayor desafío hasta ahora es de seguir innovando para mantenerse a la vanguardia y en cómo hacerle llegar a la gente esa idea. También, que las personas crean en la garantía y el respaldo. Pero, lo más importante la satisfacción de reconocer sus accesorios en cada uno que los utiliza.