Sus manos creadoras de arte imagen

La industria de textiles en Guatemala es muy grande, pero no apoya a todos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Juana Poxoc migró de Cobán a la ciudad hace 15 años, su mamá le enseñó el arte del tejido en hilera.  La actividad siempre ha sido su mayor fuente de ingreso y cuenta que de todas sus hermanas, ella es la única que siguió esta tradición.

Durante el 2015, la fabricación de textiles y prendas de vestir, cuero y calzado presentó un mejor desempeño según el Banco de Guatemala. Esto derivó a una mayor demanda externa, principalmente por parte de los Estados Unidos de América.

A pesar de la dedicación y esfuerzo, el trabajo de Juana Poxoc parece desvalorizarse cada vez más, quien expresa: “A poca gente le gusta comprar y quieren cosas baratas, esos textiles que antes se cotizaban hasta en Q5 mil, ahora son solo la sombra.



Foto: Astrid Díaz 

Para lograr confeccionar una prenda, en este caso un huipil, le lleva alrededor de 4 a 6 semanas, si el diseño no es tan complejo y los materiales son fáciles de maniobrar. “Son pocas las personas que sí pagan, porque saben la calidad, pero otras prefieren las telas pintadas para pagar menos”. 

En Guatemala, el sector textil, confección y accesorios representa una de las principales fuentes de empleo formal y de inversión extranjera. Más de US$1,540 millones son de exportación, lo que representa un 8.9 por ciento de PIB y un 19 por ciento del PIB industrial del país. 

Durante enero de 2017 tuvó una disminución del 4.4 por ciento lo que generó US$108.7 millones en dicho mes.

La industria genera una de las fuentes de empleo para la sociedad guatemalteca. El 46 por ciento de los empleos están ocupados por mujeres. 

Los países a donde más se exporta son:

Estados Unidos 33.1% (US$294.5 millones)

Centroamérica 26% (US$231.1 millones)

Unión Europea 9.4% (US$83.9 millones)

El Caribe 3.3% (US$ 29.2 millones)

América del Sur 2.5% (US$ 22.4 millones) 

¿Pero, qué sucede con las personas independientes?

Como ahora, el trabajo de Juana es poco valorado, sus hermosos tejidos a mano se convierten en trabajos de fábrica, pintados y con poco sentido. Pero, como dice ella: “La gente prefiere barato antes que bueno”. Con las casi nulas ganancias que recibe mantiene a su hijo.

Mis hermanas tienen tortillerías, pero por amor a mi mamá me dediqué a los tejidos”, diariamente busca otras alternativas como ir a ofrecer de casa en casa las famosas “mantillas”, porque para ella, pagar un local es imposible. En otras ocasiones, viaja a La Antigua o lugares turísticos para ver, si con suerte, logra conseguir algo para su sustento.



Foto: Astrid Díaz 

Con información de: Banguat, Vetex y Agexport 

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