Es parte de los 12 pueblos que conforman la vida cultural alrededor del Lago de Atitlán. San Juan La Laguna es conocido por ser un pueblo artesanal, poseer galerías de arte, mujeres tejedoras y muchas cosas más.
Cada rincón cuenta con una historia distinta, pero al mismo tiempo sus protagonistas se unen para crear un desarrollo comunitario. Estas son cuatro historias distintas de grandes emprendedores en San Juan La Laguna; que hoy quieren llegar a cada rincón de nuestra Guatemala y el mundo.
Arte en sus venas
Su nombre es Albino Pérez Jocom, originario de San Juan La Laguna, es un pintor con más de 20 años de experiencia de la técnica “Vista de pájaro”. Su arte se encuentra en su galería que comparte con otros amigos pintores. “Como todo artista, tenemos sueños y es el poder cruzar fronteras para exponer nuestro arte”. “Primero Dios tendremos la oportunidad de enseñar nuestro talento afuera de Guatemala”, dice. (ver video)
Ajtoóoneel Ixoq
Catalina Méndez, Lety Hernandez y Milka Gónzalez son tejedoras de San Juan La Laguna. Con sonrisas te reciben en las demostraciones de teñido de telas y tejidos a mano. Ingresas a la tienda, en donde con mucha alegría te llevan a dos cuartitos, donde nuestras protagonistas te enseñan el proceso de creación de sus obras maestras. “Veinte minutos se necesitan para ablandar el algodón, después empezamos a hilar”, expresa González. Con el “malacate”, herramienta que sirve para hilar se empieza a recoger el hilo.
“A nosotras se nos enseña a la edad de 8 años y con este proceso nuestros abuelos hacían sus trajes típicos”, cuenta Milka. Luego, empieza la segunda parte, la cual es la aplicación del color al hilo. “Las hojas de las plantas las cocinamos por dos horas y las cortezas por tres horas, esto sirve para extraer el color que deseamos. Durante la luna llena podemos extraer un color más fuerte, ya que la luz penetra más y ayuda a los árboles a absorber más agua”, indica Hernández.
En el siguiente paso podrás observar cómo te enseñan a teñir el hilo, sumergiéndolo en el agua con los colores extraídos de hojas, verduras o cortezas miras cómo cambia de color. “Primero lo remojamos en el líquido del tallo de banano una hora antes, si queremos un color más fuerte lo tenemos que dejar más tiempo hasta que quede fijo el color”. Nuestras amigas tejedoras nos cuentan que el hilo no mancha, ya que todo el proceso es natural. Así todo está listo para empezar a tejer obras de arte.
“La Casa del Jaspe”
El jaspe es un arte en el cual los nudos son lo más importante de las telas. Ricardo Mendoza es el encargado de llevar el negocio familiar “B´atz´ib´al” a todos los rincones de Guatemala. “Trabajamos solo hombres, no es que seamos machistas, ya que el tipo de trabajo necesita mucha fuerza”, narra. “El jaspe es un arte que mi papá nos enseñó desde pequeños, ya que su objetivo era darle un toque distinto a los tejidos”. Hace 25 años el negocio familiar empezó y hoy sus obras están en muchos lugares. “Somos 17 personas que trabajamos este arte y la mayoría son familia. Nuestro objetivo es generar más trabajo en la comunidad”, cuenta Mendoza. Sus tejidos son apreciados hasta en México donde una diseñadora de modas viaja a nuestro territorio en busca de la ayuda de nuestro entrevistado.
Café San Juan
Un negocio con más de 50 años es el Café San Juan, que trata de llevar a cada rincón un poquito de San Juan La Laguna. Carmen Hernández, propietaria de dicho lugar, está siempre dispuesta a atender a todo aquel que desea degustar de un buen café. “Mi papá inició con el negocio, ahora mi esposo y yo somos los encargados de producirlo y mercadearlo”. “Cada producto terminado lleva mucho esfuerzo de mi familia y sobre todo calidad para que las personas que lo prueben sientan el amor hacia nuestro pueblo”. En este lugar podrás apreciar diferentes tipos, incluso un video donde te muestra el proceso que lleva hasta llegar al producto final. Con su peculiar sonrisa, te enseña dos cafetales que posee en la parte de atrás de su hogar.
Cada rincón de Guatemala tiene una historia diferente, personas distintas, pero que tienen un mismo objetivo, poder ser un liderazgo positivo para el país. San Juan La Laguna es un claro ejemplo de ello y su peculiar estilo de vida te enseña que un pueblo organizado beneficia a su población.