Rafael Tabic Borja nunca se imaginó que llegaría tan lejos.
En San Marcos hay un municipio que se llama San Rafael Pie de la Cuesta, de donde es originario Rafael, que ha protagonizado una de las historias de emprendimiento, que sin duda ha sido guiado por Dios.
Rafa como es conocido, fue un joven que desde pequeño le gustaba estudiar, pero en 6o. primaria, las palabras de una maestra cambiarían su vida.
Un amiguito le contó que en la cabecera departamental había una escuela, en la que quería estudiar, pero por medio de una beca. Rafael pensó que también lo lograría, pues su promedio era bueno.
“Hubo una oportunidad en la que fui abanderado en la escuela, pero mis papás no podían comprarme los zapatos, porque tenía que desfilar por el municipio. Mi mamá fue a prestar dinero y me compró un par, así logré desfilar”.
Rafael le dijo a su maestra de 6o. primaria que quería estudiar en la cabecera, la respuesta de ella fue: “¿Estás seguro? Allí solo van niños inteligentes, imagínate que no des la talla y en un par de meses te saquen”. Esas palabras quedaron grabadas en Rafael, por lo que empezó a estudiar con más ganas.
Rafael recibió la noticia que fue aceptado en la institución que de la cabecera departamental. Estudió sus 3 años de básicos y él soñaba con llegar más lejos.
En el instituto se enteró que en la Escuela Nacional Central de Agricultura (ENCA) otorgaba becas. Rafael decidió optar a una de ellas.
Con el tiempo, Rafael obtuvo el título de Perito Agrónomo.
Lo que Rafael no sabía es que allí apenas comenzaba su vida y que estudiar en la ENCA le había abierto más puertas de las que imaginó.
Se enteró que en la Universidad Zamorano otorgaban becas a los estudiantes y envió documentos para poder aplicar.
La respuesta de la universidad fue satisfactoria y lo aceptaron sin pagar ni un solo centavo. Pese a que anualmente se cancelaban más de US$16 mil anualmente.
Su inicio en la universidad tal vez fue diferente a muchos, pero eso le enseñó a valorar lo que tenía.
“El día que salí para la universidad fue un 1 de enero y a las 22:00 horas salía el bus, mi cuñado nos llevó a abordarlo, pero cuando llegamos, ya no estaba. Habían salido antes porque se llenó y vendieron nuestros tiquetes ya pagados, cuando vi que no estaba, pensé que mi sueño había terminado allí, pero mi cuñado nos dijo que nos subiéramos al carro y que íbamos a alcanzar la camioneta. Manejó tan rápido, sin importarle los túmulos y a 30 minutos lo logramos alcanzar. Al subir el ayudante nos dijo que ya no había espacio para mi mamá y para mí, que si nos queríamos ir tenía que ser parados, sin importar la situación nos subimos, veníamos tan cansados que pensé que nos quedaríamos dormidos. Al llegar a Guate era de madrugada y todo estaba cerrado, nosotros no conocíamos nada y a nadie. Entonces esperamos afuera del transporte a que amaneciera y buscar el bus que me llevaría a Honduras, lo encontramos y me despedí de mi madre. Cuando iba en camino pensaba que todo era un sueño, pero a la vez estaba triste pues dejaba todo atrás. Llegué a la universidad el 3 de enero y el 8 empecé las clases, pero todo lo que pasó viene de Dios porque doblé rodillas para pedírselo”.
Al 4o. año tenía que hacer una pasantía para graduarse de la Universidad Zamorano, entonces tuvo la oportunidad de ir a desarrollar un proyecto para una comunidad en Etiopía, África, en el que hizo una producción de leche para ayudar a la región con la economía.
Al regresar se graduó de Ingeniero en Administración de Agronegocios. Sus papás estaban orgullosos y alegres que viajaron a Honduras para la graduación, también para observar dónde había estado su hijo los últimos 4 años.
Pero los sueños de Rafael no se detuvieron. A través de un programa de becas se enteró que había una oportunidad en Seúl Corea, pero a esa beca ya estaban aspirando otro guatemalteco y personas de varios países. Sin embargo, Rafael quería aplicar, pero cuando se enteró estaba en África, por lo cual, esperó a su regreso a Guatemala para llenar la solicitud.
Sin imaginar fue a estudiar a la Universidad de Corea, que es la segunda mejor del país y está entre las más reconocidas a nivel mundial.
Rafael inició sus estudios en la prestigiosa universidad y hasta participó en diferentes actividades, como cuando bailó el Gangnam Style con el alcalde de Seúl.
Rafael obtuvo la Maestría en Desarrollo Internacional en la Universidad de Corea.
“Sin la oración de Dios y sin la Universidad Zamorano, yo no hubiera podido alcanzar mis sueños”.
Rafael no piensa darse por vencido y ahora está en busca de trabajo, en donde pueda desarrollar un proyecto para Guatemala. Aunque le ofrecieron trabajo en África, no lo aceptó, porque quiere poner en práctica lo que ha aprendido con los años en su país.
“A veces volteó a ver todo lo que he alcanzado y mis ojos se llenan de lágrimas, no fue fácil, pero Dios siempre ha estado conmigo. Si pudiera ver a la maestra de 6o. primaria, le daría un gran beso y le agradecería por ese comentario, porque a veces cuando quería tirar la toalla en la universidad, recordaba sus palabras”.