Mónica de Interiano es una guatemalteca emprendedora que utiliza su ingenio y creatividad para crear hermosas manualidades con diversos materiales. Años atrás, practicaba esta actividad como un pasatiempo para entretenerse y divertirse en sus tiempos libres.
Hace 15 años, De Interiano se divorció de su esposo y se quedó sola con sus hijas. Al experimentar una dura situación económica y sin apoyo para mantener a su familia, tomó su pasatiempo como método para obtener ingresos y sufragar los gastos del hogar.
Foami, tijeras, pegamento y brillantina, son algunos de los materiales que se fueron convirtiendo en sus mejores aliados para poner en marcha su negocio. De Interiano, por desconocer e incursionar por primera vez en la venta de manualidades, se imaginaba dos posibles situaciones: una era el escenario positivo de lograr vender sus productos al final del día y el otro, regresar a su casa sin vender nada.
Al inicio sus ventas eran muy escasas, debido a la falta de clientela, pero su inteligencia y tenacidad para seguir adelante la llevaron a ofrecer sus productos a varias librerías y tiendas de regalos, donde quedaron encantados con sus artículos. Tiempo después, esos comercios se convirtieron en consumidores frecuentes de sus productos.
Un cambio drástico de la alegría a la tristeza
Sus esfuerzos y sacrificios al fin estaban dando frutos, ya que sus clientes y ventas estaban mejorando. Gracias a sus manualidades, a De Interiano le dieron la oportunidad de vender sus productos en un supermercado muy reconocido en el área capitalina, que luego se convertiría en uno de sus clientes principales.
La emprendedora, tras haber conseguido el éxito, se sentía muy alegre y satisfecha con ella misma porque se había convertido en una mujer luchadora y capaz de superar los obstáculos del pasado. Sin embargo, esa felicidad no duró mucho porque delincuentes, al enterarse de su negocio, la empezaron a extorsionar. Le solicitaban una cuota mensual de dinero para no hacerle daño a ella ni a su familia.
Al digerir esta amarga noticia, De Interiano, muy triste e incapaz de hacer algo, tomó la difícil decisión de cerrar su negocio de manualidades que con tanto esfuerzo y sacrificio había construido.
Un nuevo comienzo
Las horas, los días y los meses pasaban y De Interiano había cumplido dos años desde que había cerrado su magnífico negocio. Ella, al estar buscando otra opción de trabajo, inesperadamente conoció a Amílcar Interiano, quien se convertiría en su esposo, una persona muy especial en su vida.
Amílcar, al formar parte de la vida de Mónica, le sirvió de inspiración para que ella nuevamente empezara con la comercialización de manualidades que tanto le apasiona. Para iniciar de nuevo, ella decidió colocar su venta todos los domingos a las afueras de un cementerio muy reconocido en el área de Mixco.
Angelitos guardianes, flores, corazones y tarjetas con dedicaciones, son algunos de los artículos que les brinda a las personas que visitan el camposanto.
Algunas veces nos ha tocado observar a las personas llorar al momento que están escogiendo un adorno, porque les recuerda a un ser querido”, comentó Amílcar.
Uno de mis sueños es volver a posicionarme de nuevo como una proveedora de manualidades para comercios reconocidos”. relató Mónica de Interiano.