Productora de aceite de palma y sus derivados, y poseedor de varias hectáreas de plantaciones, Nacional Agro Industrial, S.A. (NAISA), ha encontrado una manera de conservar el entorno natural de Sayaxché, Petén, y poder cultivar palma africana.
Además de contar con varios cientos de hectáreas de santuarios de la selva original de Petén entre sus plantaciones, NAISA también ha encontrado la manera de fumigar con conciencia y sin perjudicar el medioambiente. Se trata del hongo Beauveria bassiana, principal actor fumigador. “Nosotros conseguimos que el hongo ataque una plaga en específico y así controlamos cuántos puede haber en una hoja o palma”, indica Wilfredis Forero, miembro del Departamento de Sanidad de NAISA.
Además de conseguir un control de las plagas, en este proceso solo se usan recursos del sector, sin el manejo de químicos tóxicos que puedan contaminar el entorno del lugar. “Nosotros no exterminamos, sino hacemos un control de estos insectos. No es bueno eliminar todo, es necesario un balance y por eso no eliminamos completamente a las plagas”, explica Forero.
Al descubrir la efectividad de este hongo contra las plagas, se amplió el rango de especies para poder mantener el equilibrio del entorno. Siguiendo la lógica de la frase “siempre hay un pez más grande”, NAISA ha replicado esto con las plagas. Las moscas, por ejemplo, proliferan en Sayaxché, pero NAISA las necesita porque se alimentan de otras plagas.
Maneras naturales de alejar insectos de las plantaciones
Junto a funcionar como un hábitat real para la flora y fauna del lugar, los santuarios de la selva original de Sayaxché, protegida por NAISA, han sido uno de los métodos ecológicos para mantener lejos a las plagas y así mantenerlas en hábitat libre y natural. Hasta 8 mil 100 hectáreas de palma comparten espacio con las selvas peteneras originales.
Este método los usamos para que las plagas no se interesen en nuestros cultivos, sino que busquen su alimento en los santuarios, que es su entorno ideal y original. De esta manera podemos mantener un equilibrio, sin tener un fuerte impacto ambiental y protegemos las palmas”, manifiesta Forero.
Por otro lado, entre las plantaciones y los santuarios también se encuentra la Cassia Tora, una especie de planta cuya flor resalta por su fuerte color amarillo. NAISA ha colocado varias plantaciones de estas flores para poder alejar, como método secundario, a las plagas, ya que los insectos suelen interesarse más por las plantas con colores llamativos.