Fernando López se fue de Guatemala para buscar mejores oportunidades. Llegó a Estados Unidos en donde tuvo la oportunidad de crecer profesionalmente como chef. Mientras ampliaba sus conocimientos culinarios conoció a una japonesa con la que contrajo matrimonio y vivieron un tiempo en suelo estadounidense, pero decidieron mudarse a Japón.
Después de un tiempo de adaptación en Japón, Fernando vio una oportunidad de crecer. Luego de sumar experiencia en el arte culinario en el restaurante Hassho, considerado como uno de los más famosos de Hiroshima por tener a un excelente chef, abrió su propio restaurante llamado López.
Fernando tiene un amplio menú, pero lo que más ordenan los clientes es un platillo tradicional japonés, el Okonomiyaki, que significa “frito a tu gusto”. Se prepara con masa de harina de huevo, leche, repollo, soya, polvo de pescado y carne. Muchos japoneses y turistas se sorprenden al enterarse que la comida más famosa de la ciudad es preparada por un guatemalteco. Para él, haber tenido como mentor a uno de los admirados chefs de Hiroshima, lo motivó a esforzarse para mantener la buena reputación y cocinar con calidad.
La fama del restaurante de Fernando empezó a crecer, gracias a que participó en un anuncio de una marca de automóviles. Esto provocó que no solo se hiciera notar en Hiroshima, sino en Guatemala muchos escucharon sobre él y los medios japoneses hicieron reportajes sobre él. A raíz de esto, varias personas mostraron interés en visitarlo por los reportajes que vieron. Este fue el caso de Luis Alfaro, un guatemalteco que desde hace años vive en Japón, en la ciudad de Kofu, Yamanashi y al enterarse del negocio de su compatriota, no dudó en visitar tan famoso lugar.
A Luis se le dio la oportunidad de viajar a la ciudad de Hiroshima en marzo del 2018, a una conferencia, y le pasó como a muchos “aprovechando que estoy en el área quiero visitar el lugar”, mencionó. No era de sorprenderse que al llegar al restaurante estuviera lleno y como todos los demás esperó pacientemente su turno. Lo que sí lo sorprendió es que en la fila había muchos turistas y la mayoría hablaban español.
Los clientes calificaron la experiencia de comer en el restaurante de Fernando como única, ya que la comida es buena y el servicio también. Se puede apreciar cómo es preparado el platillo, ya que lo cocina en una plancha que está al frente de todos. Luis indicó que incluso él se tomó el tiempo de conversar con sus clientes. “Me senté y me saludó en japonés, le respondí en español y luego hablamos en el mismo idioma. Empezó la típica charla ‘¿de dónde vienes?‘, ‘¿qué estás haciendo por aquí?‘ y a pesar que ya conocía un poco de su historia le pregunté cómo había terminado siendo chef en Japón y con gusto me lo contó”.
La larga fila seguía afuera del restaurante, así que después de una agradable plática con el chef, terminó su comida y se despidió muy satisfecho por el servicio brindado. Para Fernando siempre es una alegría y placer poder servir a otros guatemaltecos, a pesar de estar tan lejos de su país, nunca lo olvida.
“Me dijo que si llegaba otra vez con mis amigos, que lo llamara y podía reservar el lugar para nosotros, incluso si es un día que está cerrado el local él lo abriría, ya que siempre está feliz de atender a otros guatemaltecos”. Luis Alfaro
