Su historia no es diferente a la de miles de migrantes que abandonan el país, en busca de un mejor futuro. Pasó tres años de su vida montado en el famoso tren conocido como “La Bestia”, viviendo de ciudad en ciudad, por lo que fue deportado cinco veces de Estados Unidos a México. Antonio Chávez es la historia viva de un indocumentado que luego se convirtió en un exitoso diseñador de moda.
Nació en una familia de clase trabajadora, en San Francisco El Alto, Totonicapán. Pasó parte de su vida, como adolescente, escapando del país por una guerra civil (alrededor de 1990) dentro de la región y eludiendo así el servicio militar forzado.
Viajó a la frontera con México únicamente con Q500 y después de muchos intentos fallidos, finalmente llegó a Los Ángeles, California, donde realizó trabajos ocasionales para sobrevivir. Fue cuando se registró para la condición de refugiado en Canadá.
“Fue hasta que tuve 9 años que me puse mi primer par de zapatos y decidí no seguir siendo pobre”, relata Chávez. “Trabajé durante mucho tiempo en fincas, pero sabía que el mayor obstáculo estaba en mi miedo al fracaso”, añade.
Yo creaba cosas (de moda), pero las escondía porque creía que a nadie le iban a gustar. Recuerdo que un día diseñé un vestido y luego se lo enseñé a mi hermana. Cuando le pregunté si se lo pondría, me dijo que no y eso me dolió”, cuenta el diseñador.
Su sentido de la innovación y el diseño lo inspiraron a enfrentarse con la industria de la moda del calzado para hombres y mujeres, donde su invento de zapatos transformables cambiaría su carrera. Chávez patentó su creación para dar libertad a las mujeres, con el fin de poder adaptar su calzado a sus necesidades de vestuario.
“Después de tener una pérdida económica muy grande, un amigo me sugirió vender mis conceptos. Al principio tenía miedo al rechazo, pero después de que mis diseños se utilizaran en varios desfiles de moda y que le gustaran a la gente, me enfoqué en los zapatos de mujer”, expresa.
Durante su carrera ha tenido la oportunidad de participar en varias pasarelas alrededor del mundo, incluyendo importantes capitales de la moda como Nueva York, Madrid, Los Ángeles, Montreal, entre otras.
Modelos internacionales y reinas de belleza se han lucido con las creaciones de Chávez, quien también diseña el calzado exclusivo para el reconocido diseñador Rocky Gathercole, quien viste a Katy Perry y Jennifer López.
“Creo que si todos nos apoyáramos entre nosotros mismos, no habría necesidad de migrar. El querer salir adelante, el querer ser millonario no es malo; al contrario, es nuestra obligación hacerlo porque de esa manera podremos ayudar al prójimo”, resalta el emprendedor.
Durante los últimos cinco años, Chávez ha renovado la moda a escala global con diseños y productos innovadores. Hoy, Antonio y su equipo, en Chávez Inc., viajan por todo el mundo asistiendo a desfiles y eventos trascendentales.