El peligro es real. Mientras lamentamos accidentes de transporte pesado y público, las personas manejan sin ver hacia el frente, como si todos tuvieran carros que se manejan solos. Aunque la tecnología existe, no es el caso del #traficogt.
En pocos días de enero, supe de varios casos donde las personas casi matan a otras por estar viendo su celular mientras conducen. Una chava, bajando de la Universidad Landívar, se salió de su carril y casi choca de frente a otro carro que venía subiendo, por estar viendo su teléfono. Los demás tuvieron tiempo, de milagro, para reaccionar. Ella siguió su camino, sin darse cuenta de lo que pasó.
En un centro comercial, un carro detenido acelera de golpe casi atropellando a unas familias. ¿Qué pasó? Aceleró mientras miraba su celular. Nunca se fijó si había gente enfrente. La tragedia se evitó gracias a que los peatones le dieron golpes al carro para que se detuviera. Así de cerca estaban.
Y en el tráfico. Cientos de personas van viendo su celular sin fijarse qué tienen o no tienen enfrente. El tráfico y los accidentes probablemente serían mucho menos si se tomaran la molestia de manejar mientras manejan.
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