Una traición de amiga me llevó a Madrid y con Brad Pitt
Así son las traiciones y mentiras que van desde las altas esferas del Gobierno hasta en los círculos familiares y de amistades. De ellas, nadie se salva.
Hace un año planeaba vivir unos tres meses en Estados Unidos, era quizás un escape, necesidad, curiosidad, al final una combinación explosiva de estado anímico. Y una “amiga” me invitaba desde hace años a que llegara, no me confiaba y por eso se lo repetí una y otra vez hasta estar segura de tomar la decisión de renunciar a mi trabajo, a lo cual siempre decía: “Claro ven, no hay problema”.
Para no hacer largo el cuento ya estaba lista, con boleto de avión en mano para USA, de repente y misteriosamente dejó de responder mis mensajes de WhatsApp, se mantenía esquiva y nunca preguntó cuándo llegaría. Después, me contó estaba enferma y me di cuenta que mentía. Además, armó un drama en redes sociales, que mi respuesta fue bloquearla, adiós, fin del cuento. Pero no me iba a dar por vencida, ya tenía un pasaje de avión, así que mejor volé a otro país.
A BAILAR FLAMENCO EN MADRID, ESPAÑA
Aterricé en una nación pendiente en mi corazón, España. Anhelé conocerla desde mi niñez y fue otro sueño cumplido junto con Francia. Pero en la Madre Patria, a diferencia de París, me sentía más cómoda por el idioma. Sin embargo, antes de cruzar el océano pasé un camino largo, ya que primero visité Houston, EE.UU. y aunque estaba un tanto insegura por pasar ante las autoridades estadounidenses, el trato fue cordial, un cubano me interrogó, en español, solo unas cuantas preguntas y me dijo que pasara. ¡Uf! Ya pasaba el primer filtro.
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Pasé los rascacielos en Nueva York porque ahí abordaba mi vuelo para el otro continente. Después de muchas horas aterricé en Madrid, no sabía qué me esperaba ya que me habían dicho que los españoles son desagradables. Salí a buscar bus para llegar al municipio de Pinto donde me hospedaría y durante el trayecto pregunté a varias personas por la dirección, todos me contestaron de manera cordial.
Mi recorrido fue cómodo también, gracias al eficiente servicio del Renfe, el tren que me llevaba al centro. Y entonces, me dediqué a explorar cada rincón de la fantástica ciudad madrileña. Iba de arriba hacia abajo, sí de nuevo perdida, pero preguntando se llega a todos lados. Aquí, me sentía como pez en el agua.
Los lugares que me enamoraron
El Parque del Retiro: me quedé maravillada por su extensa arbolada, su estanque, un lugar perfecto para relajarse.
Puerta del Sol: donde vi presentaciones de diversos artistas, desde mariachis, jóvenes presentando su coreografía de hip hop, hasta un joven asiático en tanga y leotardo bailando flamenco sin ninguna timidez.
También, conocí la emblemática Puerta de Alcalá, el Museo del Prado y la inmensa Estación de Atocha, donde ocurrieron los atentados terroristas de marzo de 2011.
Y la gastronomía, qué decir de ella, la gloria de mi paladar. La paella, lo más delicioso que probé en un lugar higiénico, sencillo y económico. Las costillas de cerdo, la tortilla de papa, fueron manjares de los dioses. Aparte de degustar, saqué mi espíritu deportivo y visité el Estadio Santiago Bernabéu, fueron 20 euros para conocerlo, un bonito y amplio trayecto. De ahí me pasé para conocer otra ciudad española.
LA HISTÓRICA TOLEDO
Y no podía dejar de visitar Toledo, por su proximidad con la capital. Para mí esta ciudad resultó un cuento de hadas, como leer un libro de siglos atrás y transportarme en aquel tiempo. Sus hermosas calles empedradas, las edificaciones, esculturas, iglesias son las huellas que convivieron comunidades musulmanas, judías y católicas. Pero la aventura no acabaría ahí, a mi vuelta me encontré con una sorpresa.
MI ENCUENTRO CON BRAD PITT, NO PITTIN, sino EL AUTÉNTICO SEÑOR SMITH
Bueno, y como andaba de un lado para otro, y por el frío, el Internet gratuito, lo mejor era meterme a los grandes almacenes del Corte Inglés, eso sí solo a ver. Tienen mucha variedad de productos que va desde su propia tienda solo de juguetes, ropa de caballeros, damas, música, informática hasta deportes.
En una de esas visitas, ya iba de regreso para el hotel, cuando veo una alfombra roja en el Cine Callao, me detuve y trataba de adivinar qué pasaría esa tarde. Me quedé un rato y escuché que estaría Brad Pitt para la premier de su película Aliados, que protagonizó con la actriz francesa, Marion Cotillard. Bueno, no soy de tanta farándula, pero no desaprovecharía la ocasión para conocerlos. Estuve parada cuatro horas, había que aprovechar, no creo volvérmelo a topar, para ese momento ya estaba con los pies hinchados, aparte me quedé en un lugar donde los fotógrafos y la gente con “cuello” que estaban cerca de donde pasaría, nos tapaban.
A las 9 de la noche hace su entrada triunfal el famoso actor de Hollywood y todos enloquecidos, flashazos por todas partes, gritos ensordecedores y yo apenas logré tomar un video y unas fotos movidas, pero tenía que dejar plasmado que sí conocí unos minutos, a la famosa estrella de Hollywood.
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