La glorificación del ocupado se ha vuelto el estandarte sobre el que todos vivimos y morimos. Mientras más ocupados estemos, mejor. No tener tiempo para nada se ha vuelto la manera en que le decimos a otros que somos muy importantes, tan importantes, que no nos queda un momento libre en nuestras agendas.
¿Qué pasa con la cuarentena? Un tiempo en el que obligatoriamente descansamos puede hacernos sentir fuera de nuestro elemento del súper ocupado y menos valiosos.
Si no estamos ocupados, ¿sentimos que no somos importantes? Durante mucho tiempo he tenido que sostener conversaciones con personas que tienen dos celulares, chats, llamadas y mentes tan ocupadas que prefiero quedarme en silencio y ver mi propio celular o leer mientras resuelven sus asuntos. He trabajado proyectos con personas “súper productivas” que abarcan tanto que aprietan poco, si no es que nada.
Y hoy, encerradas en sus casas, sin listas interminables de quehaceres, se sienten improductivos y, por tanto, que su vida no vale la pena o que no están viviendo su vida al máximo.
Estar en pausa también es importante, descansar es otra forma de ser productivo. Así como el planeta se va sanando con este tiempo de cuarentena, nuestros cuerpos, nuestras relaciones personales también sanan, toman un respiro de la por siempre ajetreada “productividad”. Y es que este es un concepto nuevo para muchos: no vales lo que produces. Tu vida tiene valor, aunque estés descansado o estés libre.
Sonríe y acepta el descanso.
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