Quién no cantó y bailó esa famosa canción de Selena, Bidi bidi bom bom y se emociona (y se emociona) ya no razona, no lo puedo controlar, bidi bidi bom bom
Palabras muy contundentes que ejemplifican el momento en que las emociones nos ganan y llegan a impedir que la razón haga su tarea. Aunque la canción se refiere a ese proceso de enamoramiento, también aplica para todas las áreas de la vida.
Miremos cómo la euforia o la molestia provocan pleitos en un estadio, en los fanáticos de un equipo o un artista, cuando transitamos en el tráfico, en los grupos de WhatsApp o en las redes sociales.
Cuando una emoción nos desborda somos incapaces de pensar o analizar el contexto y en pocos minutos nos dejamos llevar. Por eso se nos recomienda abstenernos de tomar decisiones cuando estamos muy felices o tristes, porque cuando el ciclo de las emociones finaliza es probable que nos arrepintamos. ¿Lo has vivido?
Veamos el pasado, cuando nos colgamos perdidamente de aquel patojo de los básicos, lo veíamos como modelo de revista o galán de telenovela, aunque las amigas o la familia veían a otro personaje totalmente diferente, no había poder que nos sacara de esa burbuja que la emoción que creó el estado de enamoramiento. Hoy ¡damos gracias a Dios por habernos abierto los ojos! Sin amor, parece poco agraciado el hombre.
Ni qué decir de las veces que articulamos una cantidad inmensurable de palabrotas hirientes en contra de alguien, víctima de la ira y después caemos en la cuenta del daño que provocamos.
Sin duda, la emoción anula nuestro juicio crítico. En esos estados emocionales jamás indagamos o vamos a investigar algo que fue superficialmente juzgado por alguien más, pero que al convertirse en #trendingtopic nos sumamos a postear o compartir sin tener clara la raíz de la situación. ¿Alguna vez has caído en la trampa? ¿Alguna vez te has arrepentido?
Yo sí. Muchas veces me he dejado llevar por esos pequeños textos que me hacen ver un lado de la historia –sabiendo que una historia tiene dos lados– y desde ahí emito un juicio de valor. Esto es como juzgar un libro por su portada sin estimar el contenido-
No te sientas mal, esta situación es más común de lo que imaginamos. De hecho, ciencias como la neurología explica que la respuesta de todo ser humano frente a un estímulo es emocional. Nos morimos de nervios solo de imaginar cómo será la entrevista o la reunión, días antes de que se realice.
Por eso, la inteligencia emocional se ha convertido en las competencias blandas mejor preponderadas dentro de un proceso de reclutamiento. Las organizaciones prefieren personas con mayores habilidades emocionales como el manejo de relaciones interpersonales o afectivas versus las habilidades duras relacionadas al uso de herramientas o programas de cómputo. Sí, tener un balance entre comunicar tus emociones y percibir las emociones de los demás es fundamental, te puede ayudar a ganar un empleo o te hacer que te confíen un el la graduación en el colegio de tus hijos.
Y por si fuera poco, tener mejores recursos emocionales te ayudará a tener un balance en tu salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las emociones juegan un papel destacado en nuestra salud, más del 70% de las enfermedades no responden a causas biológicas, sino que tienen mucho que ver con estilos de vida y elementos psicosomáticos. Por ejemplo, el estrés termina debilitando el sistema inmunológico.
Sí, el estrés de la semana o el que vamos acumulando por años nos pasa factura. Yo pasé varios meses trabajando en nombrar mis emociones para que el cortisol volviera a sus índices normales. Y aunque le juré al doctor que me sentía feliz, mi interior estaba considerablemente deteriorado después de acumular años de desgaste.
Si has tenido un aumento de estrés, te sientes irritada, algunos días amaneces con una tristeza inexplicable, te sientes muy cansada o hay alternaciones en tu ciclo menstrual consulta a tu médico, a lo mejor tus emociones están causando estragos silenciosos en tu salud.
No dejes pasar el tiempo, busca ayuda para tratar de equilibrar tus emociones. Después de todo lo que hemos vivido en los últimos dos años que llegó la pandemia es relativamente justificable que tus emociones hayan pasado por cambios, unos más drásticos y visibles que otros.
Está bien emocionarse por experimentar el amor o apasionarnos por algo que amamos, pero en otras áreas es mejor no dejar de razonar.
“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás”.
Daniel Goleman
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