Este capítulo pertenece a la saga “Relatos Migrantes”, basados en hechos reales e información obtenida de diversos medios, entrevistas e investigaciones propias, pero con algunos nombres y fechas que han sido modificadas para resguardar la integridad de los protagonistas. Inmortalizadas por la pluma de Juan Diego Godoy exclusivamente para Relato.
“Ustedes son nuestros vecinos y queremos que ustedes y sus naciones prosperen. Si quieren venir a Estados Unidos, por favor vengan, pero vengan legalmente; si no, no lo hagan” – Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos (28 de junio 2018).
“Mucha gente se cae del tren. Los que no mueren, deambulan heridos”, dice una señora en Ixtepec, el lugar en donde en un par de horas pasará La Bestia, sobre la que van Leo y su grupo de migrantes. El viaje en tren no ha sido fácil. En el techo de La Bestia hay abejas, asaltantes, movimiento, ruido, temor y cansancio. Sin embargo, una de las pruebas más difíciles fue su paso por La Ventosa, cuna de violadores, asaltantes y policías.
Cuna (y retenes) de problemas
La Ventosa es una localidad del estado mexicano de Oaxaca, localizada en el Istmo de Tehuantepec y en el municipio de Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza. Su nombre proviene de los fuertes vientos que en ella soplan. Sin embargo, más que por vientos y localidad, La Ventosa es conocida como uno de los retenes más peligrosos de México, pero pocos hablan de este.
De las pocas personas que ha denunciado la mala trata hacia los migrantes y la corrupción que ahonda en estos retenes ha sido el sacerdote Alejandro Solalinde, defensor de derechos humanos y promotor de los derechos de migrantes, que desde 2015 ha denunciado que la Policía Federal, en coordinación con integrantes del Instituto Nacional de Migración (INM), alegando malos tratos y falta de justicia para con los migrantes por parte del gobierno. El medio Revolución Tres Punto Cero, publicó las declaraciones de Solalinde, que cuestionó estos actos de la mano de las autoridades.
“Si la ley dice que el migrante no es ilegal, sino un irregular administrativo, y hablamos de que esta población es pobre y vulnerable como lo ha reconocido el Papa Francisco, ¿Por qué la respuesta del Estado mexicano es de esta envergadura? ¿Por qué los tratan como si fuera un desplazamiento de terroristas o criminales? ¿Por qué si son irregulares, administrativos ponen sendos retenes saliendo de Ixtepec, en Juchitán, en La Ventosa y en Matías Romero?” (Alejandro Solalinde)
El sacerdote atiende el albergue Hermanos del Camino, ubicado en el istmo de Tehuantepec, en el que usualmente se encuentran más de 400 migrantes que acompañan el viacrucis, de los que por lo menos 50 son menores de edad.
El medio de comunicación Animal Político publicó en 2016 una investigación sobre los retenes en Chiapas y los constantes abusos que las autoridades cometen contra los detenidos, sean migrantes o no, y una red de corrupción en los retenes que se alimenta del robo. El reportaje contiene múltiples declaraciones de víctimas así como datos numéricos de la cantidad de retenes y detenidos. Por ejemplo, en los últimos 3 años han aumentado en 330% la cantidad de retenes militares y policiacos en ese sector. Hay aproximadamente un retén cada 22 kilómetros en la ruta de Tapachula a Tonalá. Pero la investigación solo se centra en Chiapas. En Oaxaca, tierra de La Ventosa, las cosas son peores según los migrantes.
Las otras Bestias
Pero para el grupo de Leo, la suerte si existe. No han tenido ningún percance en los retenes pero el viaje ha sido trágico sobre el tren. Yadira, la “mamá” del grupo, no ha parado de llorar desde que Jimena cayó del tren, justo cuando pasaban por Santiago Niltepec. “Resbaló mientras intentaba cambiarse de vagón en la noche”, fue la versión que dio Zacarías al grupo luego de lo sucedido. Él fue el último en verla con vida. Desde ese incidente, el grupo ha permanecido más callado de lo habitual. La amistad (por llamarle de alguna forma) que había crecido entre algunos de los integrantes, ha retornado al punto cero: vuelve a reinar la incertidumbre y la desconfianza. Sobre todo porque Yadira, que continúa llorando a moco tendido, ha acusado a Zacarías en secreto de haber empujado a Jimena luego de haber intentado abusar de la joven. Esto, por supuesto, es un secreto a voces que no ha llegado a los oídos de Leo y Zacarías. “Yadira no mentiría”, le dice César Patzán a Ovidio. “Es la única persona honesta de este grupo”, le responde su hermano contemplando el paisaje verde.
Desde el incidente, el viaje ha sido escalofriante. Llegan a Ixtepec y ya en tierra firme, Leo les anuncia que este es solo el primer tren de muchos que tomarán. A Jairo se le aguardan las piernas pensando que Yadira casi cae al subirse al primero. Y es que Bestias no solo hay una. Hay varias. Después de pasar tres días en un albergue de Ixtepec, el grupo abordará otro tren que pasa por allí con destino a Medias Aguas en Veracruz. El trayecto es de cuatro horas. Allí tendrán que caminar unos kilómetros para esperar el tren que los llevará a Tierra Blanca, Veracruz. Sin embargo, esta Bestia tiene una peculiaridad: nunca se detiene. La gente se tiene que subir mientras está en movimiento y no se saben las horas exactas de cuando pasa. ¿Quién es lo suficientemente ágil para subirse a un tren en marcha? Del grupo, pocos parecen llenar las expectativas, pero nadie dirá nada. “Ese tren es un demonio. Es traicionero. Cobra vidas”, dice Zacarías. Por si fuera poco, los trenes seguirán siendo parte del trayecto. Luego de llegar a Tierra Blanca (todavía en Veracruz) acamparan al lado de las vías de otro tren. Este trayecto dura de 6 a 8 horas para llegar a Orizaba y allí toman otro tren para llegar a la Lechería, en las afueras de la Ciudad de México. Esto marca la mitad del recorrido y aquí se cumple casi un mes de viaje.
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