Luego de publicar la segunda parte de cómo unos “hechiceros” habían intentado contactarme por correo eléctronico recibí un mensaje privado en mi fanpage de Facebook. Se trataba de Javier Urías que tenía una historia relacionada con mis relatos que quería compartir. Accedió a una entrevista y me contó lo que redacto a continuación:
Mi experiencia fue hace ya bastante tiempo, tuvo que ser entre los años 2008 o 2009 ya que en ese entonces estaba en diversificado. El día que tuve establecí contacto vía electrónico con mi hechicero fue por elchat.com sala Guatemala.
Ana, la bruja
Todo inició como una conversación normal y anónima con este usuario. Fue cosa de un “Hola! Como estas?…”. En el transcurso del breve saludo, el usuario me dijo que podía ver lo que los demás no podían y que tenía conexión con el mas allá. Me pareció
curioso mas siempre fui reservado y solo pude comentar datos generales, pues se supone que es anónimo. Jamás le dije nada de mis datos personales, y jamás lo haría por seguridad propia. Me ofreció sus servicios, pero jamás pidió nada a cambio
solo dijo que era entretención y ganas de compartir su don.
No sé si esté bien decirlo, sé que parece locura o poco creíble por lo mismo, pero según ella, dijo llamarse Ana y mencionó estudiar en un colegio en el que tenía fama de bruja y sus compañeros la veían como alguien “rara” de quien se alejaban.
La conversación tuvo que quedarse allí. Era un sábado por la noche.
El siguiente sábado
Me conecté el siguiente sábado, una semana después. Me sorprendí cuando vi que “Ana, la bruja” estaba en línea. Automáticamente comenzamos a platicas. Más avanzada la conversación, me preguntó si quería saber y le daba autorización para “ver mi presente”.
Le respondí que si, ya que al fin y al cabo ¿qué podía pasar? Además, pensé que quizá sólo era una broma.
Ella empezó a describirme acontecimientos que sucedían desde el primer sábado que le contacté, hasta el siguiente. Detalles diarios muy específicos entre el colegio, casa, familia… ¡fue rarísimo! Pero seguí pensando que se trataba de una broma. Comencé a tratar de identificar si se trataba de alguien muy cercano haciéndome una broma. Sin
embargo, comencé a asustarme un poco, más porque se supone que esa página de “elchat.com” es anónima.
He de confesar que cuando me lo describió sentía una sensación extraña mas no me animaba a preguntarle porqué sabía todo esto. Había despertado curiosidad en mi… demasiada.
Futuro o destino
Fueron entre 3 o 4 sábados que coincidimos, por lo general tipo 6 de la tarde. El tercer sábado la bruja me dijo que podía ver mi futuro, lo que me pareció más interesante. Le “di permiso” y me relató acontecimientos que sucederían en días posteriores.
Nada trascendental pero lo increíble es que acertaba en todo. Cosas pequeñas de los días cotidianos hasta acontecimientos en los próximos años. Me describió como llegaría a la Universidad y algunas cuestiones a futuro. Dato curiosos: jamás mencioné
estuviese en diversificado. ¡Increíble!
Al preguntar datos específicos sobre que sucedería a futuro dijo no poder darme detalles ya que solo tenía visiones “tenues” del futuro. Fui persistente. Le pedí que me dijera. Le rogué prácticamente, pero se resistió. Me dijo que no debía pues podía alterarse el destino, algo así como efecto dominó, situaciones que tienen que suceder si o si.
Tuve en su momento una gran interrogante al menos consultarlo o no se, el día de mi muerte y de que forma sería; una completa aberración lo sé, sería caótico haberlo sabido, por lo que jamás pregunté.
Posteriormente me describió mi pasado, situaciones que había vivido hace años, algunos detalles que solo yo sabría y nadie más.
Despedida
El último sábado que coincidimos me reveló parte de su don. Según ella, tenía contacto con espíritus que le facilitaban su don y una profunda conexión con las lunas mayas, en especifico la Sexta Luna Maya.
Se despidió sin más. Dijo que algún día nos encontraríamos y me saludaría aunque yo no supiera quién era ella físicamente (y al parecer ella si sabía quién era yo).
Ha sido de las cosas más extrañas que me ha pasado. Reitero que jamás me identifiqué, ni di dato alguno de mi vida. Ella fue quien dijo llamarse Ana y no pidió nada a cambio como dinero o alguna forma de beneficiarse… que yo sepa.
Al menos de forma material, jamás la olvidaré la sensación de charlar con ella. Podrá parecer invento de mi imaginación o deseo de molestar pero juro que fue real, solo porque no tengo como probarlo sé que muchos lo juzgarán pero así es esto, no deja
rastros…al menos materiales.
No es que sea creyente al 100% de todo esto más considero que debe haber algo más allá, así como existe y se cree en Dios, este tipo de hechizos puede que sea real, no lo sé. Hay que ser perceptivo y objetivo no dejándose llevar por fanatismo y
obsesión.
Por: Javier Urías (con edición de Juan Diego Godoy)