Sueño nocturno y obesidad
La privación de sueño, dormir 6 horas o menos al día, está directamente relacionada con la epidemia de la obesidad. Puede ser porque al estar más horas despierto, una persona puede incrementar la cantidad de comida que ingiere o los cambios en la duración
de sueño nocturno provocan una alteración en algunas hormonas que regulen el apetito, provocando que se estimule. De cualquier forma se estima que dormir menos de lo recomendado, tiene la consecuencia de consumir como mínimo 500 calorías extra al día.
La sociedad actualmente
Todo universitario sabe lo que es estar en semana de parciales o entrega de proyectos. No se duerme nada. Muchas veces llegan directo de la sesión intensiva de estudios al examen. O cómo no identificarse con tener una semana laboral del terror en la que
apenas si se puede dormir, ya sea por el estrés o la alta carga de trabajo . A ambos casos agreguen que al llegar el viernes, seguro se desquitan y trasnochan para distraerse y celebrarlo que la semana terminó y entregarse a la noche, al menos hasta
que la ley seca lo permite o la serie de Netflix termine. ¿Pero han notado que pasa con su apetito la mañana siguiente de esos desvelos?
Voy a dar un ejemplo clásico, basado en mi experiencia y en lo que observo en los demás. Cuando uno se levanta después de trasnochar, usualmente no hay mucho apetito. Pero pasan un par de horas y lo que “el cuerpo pide” es comida rápida (idealmente una
hamburguesa doble con papas fritas de McDonalds), o algo dulce como galletas, panqueques, etc. Rara vez he oído que alguien diga después de una noche larga que se le antoja una ensalada de quínoa con pollo a la plancha o ensalada de frutas.
Mientras estaba en Chile, tuve la oportunidad de estar presente en la evaluación del comportamiento alimentario de adolescentes a quienes también les tenían un control de las horas que dormían. El / la joven se sentaban en una mesa en la cafetería de
la universidad y se le daban opciones de snacks: una galleta de chocolate, unas papalinas, una fruta, bastones de apio y zanahoria. Ellos no sabían que evaluaban su ingesta, pues se les hacia una encuesta de otros temas relacionados con el estudio.
Se pudo observar que aquellos sujetos que dormían menos, elegían los alimentos mas altos en calorías y de menor contenido de vitaminas y minerales.
El no dormir es someter al cuerpo a estrés. Para manejar este estrés a nivel celular, el cuerpo necesita sodio. El sodio se encuentra en mayores cantidades en los alimentos altos en grasa (por eso el cuerpo pide hamburguesas y papas fritas). Por otro
lado, el cuerpo cansado pide energía. Cual es la gasolina que el organismo usa con mas facilidad: los carbohidratos (todo lo que es dulce o contiene harina). ¿Ven la relación?
Formas en las que la falta de sueño puede afectar de forma negativa la conducta de alimentación de una persona:
- Mayor frecuencia de consumo de snacks/ chucherías.
- Tendencia a elegir alimentos altos en carbohidratos (azúcar/ harinas) y grasa.
- El tamaño (porción) de los snacks es más grande y son de mayor densidad energética (muchas calorías en un pedazo pequeño).
- Menor consumo de frutas y verduras.
- Desfase en los horarios de comida, haciendo que la cena sea más cercana a la hora de dormir y esto influye en la calidad de sueño (círculo vicioso en el acortamiento del sueño nocturno).
Al aprender mas sobre nuestro cuerpo y como reacciona ante ciertas situaciones, tenemos el poder de hacer cambios en nuestra calidad de vida que puede influir de forma positiva en el desempeño diario. Dormir lo recomendado y mejor tiene un impacto sobre
el rendimiento académico y laboral, mucho más fuerte que el estudiar y trabajar miles de horas. Así que a organizar y optimizar nuestro sueño nocturno.
Fuentes
- Kilkus, J; Sleep and Eating Behavior in Adults at Risk for Type 2 Diabetes; 2012
- Greer, S; The impact of sleep deprivation on food desire in the human brain; 2013