“Santa te está viendo” es uno de los comentarios con los que todos crecimos. El resultado, cuando nos va bien: niños bien portados a base de amenaza. Si nos va mal: Niños mal portados a pesar del riesgo de quedarse sin regalos.
Amenazar a nuestros hijos solo causará el efecto de temporada, en los meses que le siguen no habrá Santa, ni regalos, ni dulces de los reyes magos para obligarlos a portarse bien. La idea es que se porten bien sin el chantaje y que sepan, por ejemplo, que saludar debe ser parte de su rutina social habitual.
¿Cómo lograrlo?, no es fácil quitarse de la boca la amenaza. Lo hacemos todo el tiempo, si no es con Santa es con el señor que deambula por la calle que se roba a los niños, con el monstruo o quedarse sin fiesta de cumpleaños.
Educar desde el respeto y la empatía suena demasiado cursi pero créanme que funciona. A largo plazo funciona y los resultados son todo el año, no solo para navidad. Mi invitación para esta época es quitarnos las frases que nos llevan a coaccionar con los juguetes que ya compramos.
Mi propuesta es que eliminen la frase en esta época por las siguientes razones:
No es verdad: Es una gran mentira que los vamos a dejar sin regalos. No los compraron para no darlos.
Es época de amarnos y compartir: Enseñarles a nuestros hijos que Navidad es una época de amor, no pretendamos que el mal trabajo que hemos hecho en su educación durante todo el año surta efecto con las amenazas de los regalos.
Incentiva el miedo: la imaginación de los niños es maravillosa y muy sensible. Debe ser angustiante pensar que todo el tiempo se sienten vigilados por Santa Claus.
Imaginen si se lo hicieran a ustedes: Cierren los ojos y piensen que su jefe en el convivio navideño les dice que no les dará el aguinaldo a todos aquellos que se metieron a su Facebook en horario laboral. Qué incómodo y qué feo ¿verdad?.
El efecto dura antes del 24 no más: El efecto de “los niños bien portados” dura únicamente antes de la Navidad, seguramente el día siguiente se estarán portando mal o peor, porque créanme el efecto no dura todo el año.
Es importante saber educar para que se comporten bien toda la vida. Con este tema siempre hago la analogía que me gustaría que mi marido nunca me fuera infiel pero no porque tenga miedo a que yo lo descubra o porque piense que me volvería loca de la ira sino porque me ama, porque sabe que nuestra familia es importante. Así pasa con las amenazas, mi deseo es que mis hijos se porten bien porque aprendieron que así debe ser y que lo han visto con el ejemplo.
Disfruten esta época con su familia. Sin amenazas, con mucho amor.