Para quienes fuimos testigos presenciales o virtuales de este ataque terrorista de grandes dimensiones, visitar el Monumento y Museo 9/11 debe ser parte del recorrido al visitar New York. Estos se encuentran sobre los escombros de lo que fuera el World Trade Center en el corazón de la Gran Manzana y fueron concebidos por el arquitecto Michael Arad y el arquitecto paisajista Peter Walker. Su objetivo fue homenajear a las víctimas de los dos atentados sufridos en el World Trade Center, el 26 de febrero de 1993, con un saldo de 6 muertos y más de mil heridos y el 11 de septiembre de 2001, con un saldo de 2,977 muertos y más de 6 mil heridos.
Para recorrerlos debes tener, por lo menos, dos horas disponibles y apreciarlos en su justa dimensión. También, debes ir preparado para caminar, caminar y caminar sin descanso. Por ejemplo, solo el Monumento 9/11 construido sobre los escombros de las Torres Gemelas, tiene dos piscinas reflectoras de más de 4 mil metros cuadrados de área. A su alrededor están escritos los nombres de las casi 3 mil víctimas de ambos atentados en paneles de bronce, por lo que si los quieres ver de cerca tienes un largo camino por delante.
Por su parte, ya en el área del Museo 9/11 se narra la historia de lo que se vivió en aquella fecha. Las instalaciones están dentro del corazón del desaparecido centro de negocios y ahí se quedó congelado el 11 de septiembre. A la entrada al museo, te proyectan documentales como base de los atentados y encuentras fotos del paisaje neoyorquino antes del ataque de Al Qaeda.
¿Qué hay en el museo?
Una colección con más de 10 mil objetos entre los que hay testimonios de supervivientes, fotografías, objetos de las víctimas donados por sus familiares; material recuperado de los escombros como un camión de bomberos que casi se derritió por las altas temperaturas y la antena de transmisión en la terraza de una de las torres.
Además, están las columnas de ambos edificios, audiovisuales de los terroristas entrando a los aeropuertos y obras de arte construidas especialmente para conmemorar el suceso. Hace poco, incluyeron el traje del soldado que acabó con la vida de Osama Bin Laden. Constantemente se proyectan dos documentales de 10 y 15 minutos. Uno es el de Facing Crisis y Rebirth at Ground Zero.
¿Cómo recorrerlo?
El área del museo está dividido en cuatro secciones, las cuales puedes ir recorriendo a tu ritmo y conveniencia.
En el Pavilion (El pabellón) comienza nuestra experiencia. Desde el Norte o el Sur se tiene acceso a ver las piscinas del Monumento. Además, de algunas de las 180 banderas de los países que pertenecen a la ONU y que en alguna ocasión estuvieron en los vestíbulos originales de las Torres Gemelas. También, hay una especie de cartas forjadas con el acero recuperado de las edificaciones creadas por el herrero neoyorquino Tom Joyce. Los tridents son dos columnas de acero de 24 metros de altura, las cuales fueron parte de la fachada exterior de la Torre Norte. El arquitecto japonés Minoru Yamasaki los llamó: árboles.
En The Ramp (La rampa) se puede ver conforme se desciende la enorme escala del lugar. Cuando se avanza, se siente como si estuvieras reviviendo cómo se construyeron estos edificios allá por la década de 1960. Además, este mismo método se utilizó para transportar los escombros fuera del sitio y dar acceso a los familiares y visitantes. Durante el camino accedes a una serie de instalaciones multimedia y fotografías de las personas que atestiguaron directamente este evento.
El Foundation Hall (La sala de los cimientos) es un amplio espacio con una altura desde 12 hasta 18 metros y más de 4,500 metros cuadrados de extensión. En este espacio, se ve una parte de un muro de contención que sobrevivió al ataque. Además, en medio hay una columna que se destaca solitaria con una altura de 11 metros. Ahora, está llena de recuerdos, inscripciones conmemorativas y carteles que fueron escritos por herreros, trabajadores de rescate y todas aquellas personas que fueron parte del evento.
Luego está el Memorial Hall (La sala del recuerdo) en la cual se encuentra una pared en la que se destaca “Ningún día te borrará de la memoria del tiempo” del libro IX de La Eneida de Virgilio, enmarcada en azulejos que tratan de asemejar el color del cielo de ese día. Fue creada por el artista Spencer Finch. Son 2,983 dibujos creados en acuarela que representan a cada una de las víctimas.