Uno de los grandes placeres de la vida es comer. En lo personal es una de las cosas que más me gustan. Me disfruto todo el proceso, desde ir a seleccionar los alimentos, prepararlos y hasta el gran final, comerlos. Pero, con el paso del tiempo, he entrado en un estado automático y muchas veces como por comer, porque toca, porque está la comida a mi disposición.
He ido perdiendo la magia que a veces busco cuando salgo a comer a algún restaurante, solo para darme cuenta que mi ansiedad me sobrepasa. Como dice el dicho “se junta el hambre con las ganas de comer” y cuando siento ya terminé y ni cuenta me di. Puede ser la falta de tiempo, de organización, mi lista mental de pendientes (inserte una excusa aquí). El resultado de esto es una lucha con la comida, en la cual tengo una mayor tendencia por ingerir alimentos que usualmente no consumo, comer entre comidas, más antojos y saltármelas.
Nuestra relación con los alimentos es central y refleja nuestras actitudes hacia nuestro medioambiente y nosotros mismos. Eso lo puedo traducir en que actualmente no estoy en conexión plena con mi organismo y, por ello, es más difícil tener un diálogo interno saludable que me permite sentirme de forma óptima en distintas áreas de mi vida y en balance con mi entorno. Por esto es fundamental dedicarle tiempo a este tema, para reorganizarme y redescubrir mis alimentos como si fuera la primera experiencia con la comida.
Mindful eating: comer como si fuera la primera vez
El “mindful eating” o comer con atención plena es volverse consciente de las cualidades positivas y nutritivas que están disponibles por medio de la selección y preparación de alimentos, respetando tu propia sabiduría interior.
Al utilizar todos tus sentidos en el momento de elegir alimentos que son satisfactorios y nutritivos a la vez para ti, reconociendo tus respuestas hacia la comida (te gusta, no te gusta o neutral). Esto, sin juicio, tomando conciencia de hambre física y señales de saciedad al decidir cuándo comenzar y terminar de comer, puedes cambiar tu relación con la comida.
Piensa en un niño al que por primera vez le das una uva. La observa, se pregunta qué es, la huele, la acerca a su boca, la muerde, descubre que tiene un sabor único y particular que probablemente no se repita nunca en otro alimento. Va por la segunda uva, para verificar los sabores y las sensaciones que le provocó. El niño determina qué le gusta y quiere comer más. Es más que comer, es toda una experiencia sensorial.
¿Por qué comer con atención plena y no comer por comer?
Cada vez más investigaciones sugieren que las distracciones al comer impiden que una persona disfrute de la comida. Alimentarse de forma inconsciente está vinculado con comer en exceso, estrés y aumento en la ansiedad. Lo que lo vuelve un hábito silencioso, pero potencialmente dañino para la salud física y emocional.
Comer no debería de ser algo rígido, restrictivo, ni centrarse en contar calorías. Utilizar palabras como “prohibido” o frases como “me hace falta fuerza de voluntad” solo debilitan nuestro diálogo interno y el derecho a ver los alimentos como elementos que pueden mejorar tu salud, una herramienta para obtener un estilo de vida saludable. La comida no es un enemigo, es un aliado.
Entrena tu habilidad de comer de forma más consciente
1. Elige un momento y un lugar tranquilo para realizar este ejercicio.
2. Toma una fruta.
3. Imagina que es la primera vez que vas a comerla.
4. Observa su color, su forma y su tamaño.
5. Siente su textura, sus características físicas y su peso.
6. Siente su aroma y acércala a tus labios.
7. Ahora, cierra los ojos y lleva la fruta a tu boca, sin masticar, siéntela en tu boca, mueve de un lado a otro. Siente su textura y sabor.
8. Muérdela una sola vez, siente como su sabor se intensifica, experimenta como tus glándulas salivales reaccionan y focaliza tu atención en este momento.
9. Pausadamente mastica la fruta, prestando atención a todas las sensaciones que surgen.
10. Finalmente, permite el flujo natural a la deglución y disfruta la siguiente mordida. ¿Cuál es tu sensación actual? ¿Qué diferencia reconoces respecto a nuestra típica forma de alimentarnos?
Apaga el celular, la televisión y cualquier distractor que te impida estar en sintonía con tu comida. Que cada vez que te sientes a comer sea una celebración a los alimentos.