Hace unas semanas en Facebook me topé con una publicación de una tienda en la que usualmente compro algunos artículos para mi bebé. Me desubicó y hasta cierto punto me preocupó (como nutricionista y mamá), ya que ofrecían a la venta un suplemento “natural” de melatonina para niños mayores de 3 años como una ayuda milagrosa para ayudar a que durmiera mejor. Paralelamente, en un grupo de nutricionistas comentábamos el reto con el que hoy nos enfrentamos, con un sinnúmero de personas que sin ningún respaldo científico ni preparación profesional en áreas de la salud recomiendan productos que son innecesarios e incluso a veces dañinos para la salud. Es de aquí que nace este relato.
Lo primero
En los niños un sueño adecuado, en cantidad y calidad, es esencial para asegurar la transición a adultos saludables. De lo contrario puede causar irritabilidad y cambios de humor, problemas para prestar atención y concentrarse, dificultad para aprender y memorizar, presión arterial alta, problemas de peso y obesidad, diabetes, dolores de cabeza y depresión por mencionar algunos.
A veces los niños pueden tener poca voluntad para ir a dormir, dificultad para conciliar el sueño, despertar recurrentemente, sueño inquieto, problemas para despertarse por la mañana, poca duración del sueño y somnolencia durante el día. Pero, en la mayoría de los casos estos problemas tienen un origen en la poca higiene y malos hábitos de sueño que se tienen en casa. Es aquí en el que entra en juego los suplementos de melatonina, ya que en teoría ayuda a los niños a dormir.
¿Qué es la melatonina?
La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal del cerebro. A menudo conocida como la hormona del sueño. Los niveles de melatonina aumentan en la noche, lo que le permite al cuerpo saber que es hora de dormir y disminuyen a medida que se acerca el momento para despertar por la mañana.
Los suplementos de melatonina son utilizados para el tratamiento de insomnio o incluso para el jet lag (trastorno de desfase horario en persona que viaja velozmente a través de múltiples husos horarios) en adultos. Se dice que es algo natural por ser una sustancia que el cuerpo produce. En algunos países como Guatemala, se pueden comprar estos suplementos sin prescripción médica, no así en Australia y Nueva Zelanda.
¿En qué casos se suplementa a un niño con melatonina?
El uso de suplementos de melatonina en niños está ampliamente estudiado en niños con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), autismo y otras afecciones neurológicas que pueden afectar su capacidad para conciliar el sueño. Es en estos casos en los cuales un suplemento de melatonina puede ser beneficioso para el niño. Ayuda a que concilien el sueño más rápido, no despiertan tanto durante la noche y amanecen más descansados.
La doctora Cecilia Algarín (neuróloga infantil, especialista en fisiología y patología del ciclo sueño vigilia, profesora de la Universidad de Chile) evalúa minuciosamente a sus pacientes, investiga sobre los posibles antecedentes familiares (problemas neurológicos o psiquiátricos en la familia) u otro indicador que la oriente a la posible causa de los problemas de sueño del niño. Comenta que estos pacientes usualmente se muestran irritables, con retraso en lenguaje o en la interacción social. Indica que el porcentaje de esos niños es mínimo y que siempre lo primero es intentar que el menos tenga una rutina adecuada de sueño.
Todos los pacientes neuropediátricos con trastornos neurológicos o enfermedades sistémicas importantes durante los primeros meses de vida tienen alteración del ciclo sueño/vigilia y, por lo tanto, del ritmo biológico de la melatonina. Es en estos niños en los que se evalúa y considera la posiblidad de suplementar con melatonina, con el fin de regular sus patrones de sueño. Esto, después de intentar corregir el problema al establecer medidas de higiene del sueño. Si esto falla se procede a recetar el suplemento como parte de su tratamiento
“Mi hijo/ hija no duerme ¿puedo darle suplementos de melatonina?”
Existen pocos estudios en niños sanos, pero en ellos se han observado efectos similares que en aquellos con problemas neurológicos, donde los suplementos de melatonina ayudan a conciliar el sueño con mayor facilidad.
Los estudios muestran que el uso a corto plazo (más o menos 3 meses) de melatonina es seguro para niños con poco o ningún efecto secundario. Sin embargo, algunos pueden experimentar síntomas como mareos, trastornos visuales, dolores de cabeza, náuseas, pereza diurna, dolor abdominal, somnolencia excesiva por la mañana, estreñimiento, alteraciones en el comportamiento, estado de ánimo disminuido. Estos síntomas desaparecen al dejar de tomar el suplemento.
Existen pocos estudios que describen los efectos a largo plazo de esta suplementación. Hasta que no se hayan realizado estudios a largo plazo, es imposible decir si la melatonina es segura para los niños. Por este motivo, no se recomienda administrar melatonina a su hijo a menos que un médico lo indique.
La mayoría de estudios que hay respecto al tema concluyen en lo siguiente: “Los médicos deben priorizar la educación en higiene del sueño”. Esto aplica para niños con alguna condición especial neurológica, pero sobre todo en aquellos sanos.
La mejor medicina son los buenos hábitos de sueño
Los problemas de sueño pueden ser resueltos muchas veces sin la necesidad de un suplemento o medicamento para el sueño. Esto se debe a que a menudo los problemas de sueño se producen cuando los niños reciben algún tipo de estímulo en la tarde/noche. Si su hijo se tarda más de una hora para conciliar el sueño considere los siguientes consejos:
- Establecer una hora para ir a la cama: acostarse y levantarse todos los días a la misma hora, lo cual ayuda a regular el reloj interno del niño, lo que facilita conciliar el sueño y despertar.
- Limitar pantallas 2 horas antes de dormir: la luz azul de los electrónicos (celulares, tablets) emiten una onda que afecta los niveles de melatonina. Esta luz azul engaña al cerebro para que piense que es de día lo que nos alerta cuando deberíamos sentir sueño. Con el tiempo, esto causa estragos en la producción natural de melatonina de nuestro cuerpo. El uso de dispositivos, después de acostarse (videojuegos, computadoras, TV) también puede interferir con el sueño.
- Crear una rutina antes de dormir: les ayuda a relajarse para que su cuerpo sepa que es hora de irse a la cama.
- Temperatura ambiente del cuarto: algunos niños tienen dificultad para dormir porque sus cuartos son muy calientes.
- Recibir suficiente luz del sol en el día: esto puede ayudar a que los niños con problemas de sueño se duerman más rápido y se queden dormidos por más tiempo.
Comprendo a las mamás que se vuelven locas porque sus hijos no duermen. Esto afecta tanto a los niños como al resto de la familia. Y no las culpo por buscar una salida efectiva y rápida para solucionar el problema, pero a largo plazo la consecuencia de esa salida fácil puede ser negativo. La clave para el éxito de las rutinas de sueño es la consistencia. Al comenzar una nueva rutina de sueño, puede tardar un tiempo establecerse, pero no hay que rendirse. No es fácil, tampoco es imposible. Si esto falla es mejor consultar con un médico quien puede llevar a cabo una investigación exhaustiva para llegar a la raíz del problema.
Referencias
Melatonin for the management of sleep disorders in children and adolescents.
Five things to know about melatonin for children