Los guatemaltecos estamos divididos en innumerables frentes y aunque deberíamos hacer un esfuerzo grande por dialogar para busca nuestras coincidencias, hemos encontrado en la intolerancia y hostilidad el único punto de encuentro.
El presidente, no escribiré su nombre porque no me apetece, dio un golpe sobre la mesa y con un Ejército (literalmente) detrás de él anunció que no renovaría el mandato de la CICIG el año que viene. Al terminar el dignatario envió un mensaje a favor de la familia. ¿Es autoridad para hablar del tema? ¿Buscaba ganar simpatías de una forma desesperada? O simplemente trató de confundir.
Yo me quedo con lo último, pero lo cierto es que inmediatamente dio luz verde a un desafortunado estigma: la iglesia católica y grupos que apoyaban la marcha en contra de la legalización del aborto (en circunstancia específicas) respaldaban la decisión presidencial de expulsar a la CICIG.
Muchos astutos influencers no tardaron ni un segundo en hacer la conexión y claro, en cuestión de segundos para la vida e inteligencia artificial que suponen las redes sociales, la iglesia y los sectores “conservadores” respaldaban al presidente.
¿Verdad o mentira?
Con propiedad les diré que es una mentira con todas sus letras. Esa misma tarde la Convergencia por los Derechos Humanos integrada, entre varias organizaciones, por la Oficina de Derechos Humano del Arzobispado de Guatemala (iglesia católica) manifestó su rechazo ante la decisión presidencial.
En seguida esos mismos influencers dieron fuerza a la idea de que personajes como la candidata “pro pena de muerte” Zury Ríos era la organizadora de la marcha y que ir a la misma era mostrar respaldo a ella y su partido.
¿Verdad o mentira?
La marcha salió del seno de las iglesias (católicas y evangélicas) a ellas se sumaron otras organizaciones. Tristemente algunos políticos, como la mencionada candidata y otros personajes oscuros vinculados al Ejército, que apoya al mandatario, aprovecharon la coyuntura para llevar agua a su molina. ¿Es lo mismo? Para nada, la misma iglesia rechazó la politización de la marcha y la participación de personajes que solo le restaron credibilidad al movimiento.
Otro supuesto, colocado a placer de muchos influencers: los que participarían en la marcha apoyan la iniciativa #5272 que supuestamente penaliza el aborto espontáneo.
¿Verdad o mentira?
Mentira: la marcha perse no respaldaba ninguna iniciativa en particular, aunque claramente se manifestaba en contra del proyecto de ley #5376 porque el mismo tiene un artículo que busca legalizar el aborto en embarazos de hasta 12 semanas de gestación en casos de violaciones de niñas.
En principio si leemos en su totalidad el proyecto de ley #5272 en ningún apartado se penaliza el aborto espontáneo ni terapéutico en caso la vida de la madre corra peligro. Aunque he de decir que esta iniciativa me parece absurda porque es, bajo mi óptica, obsoleta e inaplicable, tampoco dice lo que dicen que dice.
Otro sugerido y absurdo supuesto, puesto en la palestra mediática es el siguiente: estar en contra de la #5376 es ser indolente a la violencia sexual en contra de las niñas y buscar la maternidad forzada. Casi prefiero sonreír para no llorar por esta aseveración tan sinsentido que busca la confrontación y no el diálogo.
Los que nos oponemos al aborto incluso en casos de violación y sobre todo desde la forma en que se plantea (hasta las 12 semanas de gestación, cuando el bebé tiene ya cabeza y corazón), repudiamos la violencia sexual, pero consideramos que esta opción no resuelve el problema de las violaciones, solo lo oculta.
Lo grave no está en el embarazo, sino en la vulneración violenta de la intimidad de nuestras niñas. En ese contexto finalmente debemos hacer esfuerzos enormes por concentrarnos en discutir respecto al punto en el que estamos de acuerdo: el rechazo y repudio ante la deleznable práctica de las violaciones sexuales en menores de edad.
Si al menos llegamos a reconocer ese punto de encuentro, podremos discutir con criterios serios y objetivos respecto a los problemas y beneficios de los puntos que plantea la #5376, la cual debo de reconocer que tiene un noble génesis: la protección de la niña.
Solo hace falta ponernos de acuerdo respecto a la mejor manera para conseguir tal propósito. La iniciativa, la cual leí en su totalidad, tiene aspectos que son positivos y que merecen ser profundizados.
Información sin sesgos debe prevalecer
Es imperativo estar informados para no caer en especulaciones y asociaciones burdas y absurdas. Claramente se puede estar a favor del aborto y estar del lado del presidente, como también se puede estar en contra del aborto y ser adverso al dignatario. Combinaciones hay más de una, pero debemos estar atentos para no dejarnos sorprender y sobre todos no caer en absolutos. Es recomendable leer distintas posturas e incluso documentos, como las iniciativas, antes de generar un criterio propio.
Me parece que es momento de dejar por un lado las provocaciones y discutir con seriedad y sin descalificarnos unos a otros, respecto a estos y otros temas. ¿Se atreven?