¿Qué modelos podrían servirnos para entender el cambio? Uno de los más fáciles de aplicar por su simpleza es el modelo que se describe en The Happiness Hypothesis por Jonathan Haidt. Este modelo se ha popularizado gracias al éxito en ventas Switch de Dan y Chip Heath. En él, se describen tres componentes: un jinete, un elefante y un terreno donde están los anteriores.
Imagine entonces al jinete tratando de dirigir al elefante, sobre un terreno. El jinete es racional, mesurado, pero minúsculo comparado con la corpulencia del elefante. Dependiendo de dónde caminen (el terreno), así será el comportamiento tanto del jinete como del elefante. ¿Qué representa cada uno? El jinete es nuestra capacidad racional. Todo cambio necesita entenderse con el pensamiento. Sin embargo, como en nuestra ilustración, la parte racional (jinete) es menor en fuerza comparado con la parte emocional, que equivale al elefante. Finalmente, el entorno y los sistemas serán el terreno donde nos movemos. Usemos ejemplos para cada paso.
Dirija al jinete. Cuando Jerry Sternin llegó a Vietnam, su bienvenida fue fría. El gobierno había contratado a su empleador, Save the Children, la organización internacional que ayuda a niños necesitados, a abrir una oficina en 1990 para ayudar a combatir la desnutrición. Le dijeron en el gobierno “tiene seis meses para hacer una diferencia”. Sternin viajó con su hijo de 10 años y su esposa por el país. Nadie hablaba inglés y tuvo que pasar por un proceso de adaptación a un ambiente que le resultaba hostil. La sabiduría convencional dictaba que la mal nutrición se debía a varios problemas: sanitación deficiente, pobreza casi universal, agua potable poco accesible. El análisis, como decía Sternin: “cierto, pero inservible”. Cuando analizamos un problema grande y complejo como el de Vietnam, buscamos una solución del tamaño del problema. El enfoque debería ser, sin embargo, antes de pensar en todo lo que marcha mal, en buscar, racionalmente, lo que está funcionando bien. Sternin viajó a un poblado y preguntó a las madres si existían niños muy pobres que estuvieran más sanos y grandes. Al escuchar un “Có, có, có”, o “Sí, sí, sí”, descubrió que en ciertas familias, habían niños que comían cuatro veces al día (usando las mismas porciones que otras familias pero divididas en más tiempos), eran asistidos en comer (las mamás podían darles de comer si era necesario en la boca), y comían pequeños camaroncillos y cangrejos (que se daban en abundancia en el campo) que eran mezclados con arroz (estos cangrejos y camaroncillos eran comidos por adultos pero no eran vistos sanos para los niños). Adicionalmente, daban algunas legumbres, que usualmente eran consideradas de “bajo nivel”. Sin embargo, combinados, sin saberlo, producían proteína, vitaminas y procesos metabólicos más equilibrados. ¿Cómo dirigió el cambio Sternin? Como él mismo dice “conocimiento no equivale a cambio de comportamiento, pues hay psiquiatras desequilibrados, médicos obesos o consejeros matrimoniales divorciados”. Por lo tanto, diseñó un programa de modelaje, donde las familias en grupos de 10 preparaban comida y atendían a familias mal nutridas. Las madres ahora estaban actuando de forma diferente, replicando lo positivo observado. Seis meses después, 65% de los niños de esa comunidad estaban mejor nutridos. Los cambios perduraron inclusive en el tiempo, como se validó posteriormente. En tiempos de cambio, enfóquese en lo positivo para dirigir la acción. La esperanza que algo puede cambiar, es poderoso para dirigir la acción.
¿Cómo mover las emociones o cambiar el sistema? En la siguiente entrega.
¿Qué está haciendo hoy por alcanzar sus sueños?