Por Jorge Alvarado.
La humanidad ha sido golpeada en este año 2020, pues el mundo cambió para siempre, esto significa que en el mundo, pero específicamente en Guatemala, hay un antes y un después de la pandemia del COVID-19. Aunque aún falta un largo trecho por recorrer en esta montaña rusa de altos y bajos, de tensión, de incertidumbre y de zozobra, pero sobre todo con la promesa de una ansiada vacuna que ponga fin al sufrimiento humano, a la agonía y al miedo al que nos enfrentamos todos los días. Hoy podemos dar las gracias al despertar y hacernos la pregunta ¿qué pasará? Y ¿cómo será la nueva normalidad? Ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás siempre será la mejor opción.
¡Está claro! Ya que a estas alturas, que nada será como antes, y después de un proceso de reflexión es importante que todos retomemos el rumbo y el control de nuestras vidas. Esto tiene que ver con nuestra capacidad de influencia positiva en el mundo, que empieza por liderar nuestro propio metro cuadrado, inspirándonos nosotros mismos a ser la mejor versión que podemos llegar a ser. Para que esto suceda debemos adentrarnos en esquemas de disciplina que habíamos dejado de lado por estar acomodados, es decir buscar “conquistar algo nuevo”, no perder esa chispa que nos hace movernos hacia alcanzar nuevos objetivos y enfrentar el desafío de ese camino para alcanzarlos con mucho coraje.
Es momento de centrarte en las cosas positivas y de proyectar la ilusión de alcanzar un nuevo sueño, lo importante es jamás dejar de soñar, pero mejor aún luchar hasta el final por llegar a esa meta. Es momento de liderar ese metro cuadrado y esto solo puede suceder con un “cambio de actitud” para que todo cambie. Es nuestra forma y enfoque de ver el mundo lo que determina quién eres y en qué te conviertes. Pero hay algo más, y es que la buena vibra se contagia, y en ese camino de lucha personal podemos lograr inspirar a otros u otros nos pueden inspirar a buscar liderar nuestro metro cuadrado.
En un mundo en el que cada quien vive sus propias luchas y cada quien afronta sus propias batallas cotidianas, es un mundo que necesita cada vez más de mejores seres humanos, mejores profesionales. Necesitamos ayudarnos a nosotros mismos y necesitamos ayudar a otros a crecer. Lideramos nuestro metro cuadrado cuando comprendemos que con sacrificio y esfuerzo empezamos a transformar nuestras vidas y las de quienes nos rodean, algo que solo se consigue con humanidad, disciplina y empatía. El primer paso para liderar nuestro metro cuadrado es conquistar el liderazgo emocional manteniendo una actitud positiva, así como dirigir, servir y guiar lo que logra un efecto multiplicador. No esperes a que algo bueno te suceda construye ese momento o ese instante que puede estar en cualquier parte.