Vivir y trabajar en los alrededores de la correccional Las Gaviotas se ha convertido en una pesadilla para los vecinos, no solo por los motines sino que durante 6 días debieron soportar el cierre de las calles frente a sus viviendas y negocios en la 2a. calle entre 1 y 2a. Avenida de la zona 13.
Desde el lunes 24, hasta el sábado 29 de julio, la Policía Nacional Civil (PNC) acordonó varias calles cercanas al centro correccional y para circular se debía pasar cordones de seguridad, que iban desde registros a sus vehículos hasta interrogatorios para llegar a sus residencias.
La disposición llegó luego de la petición realizada por la Secretaría de Bienestar Social (SBS), que no ha podido tener el control. Para evitar más revueltas solicitó el apoyo de la PNC, quien solo tiene resguardo perimetral, mientras que el interior es custodiado por monitores de esa institución.
Agentes de la PNC permanecen, en por lo menos cinco cuadras alrededor del Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones II “Las Gaviotas”, en el que se encuentran detenidos unos 400 jóvenes, con conflicto la ley penal, en su mayoría integrantes de las maras Barrio 18 y Salvatrucha.
Persona que viven y pasan por la colonia Pamplona, en donde se ubica la correccional, han mostrado su malestar porque la Policía Municipal de Tránsito (PMT) cerró calles en donde no es necesario.
El vocero de la PMT, Amílcar Montejo, indicó en sus redes sociales que no es decisión de ellos, y que se hace por petición de las autoridades del Ministerio de Gobernación.
La historia de nunca acabar
Durante 2017, se han registrado más de cinco motines. De hecho, en los incidentes del 3 julio, la madre de uno de los detenidos, le gritaba a su hijo: “Bájate mi niño, bájate bebé”, lo cual causó indignación entre miles de ciudadanos. En ese motín, varios internos lograron escapar, pero fueron recapturados, mientras dentro de la correccional se localizó a tres fallecidos.
Fue el pasado lunes 24 de julio, cuando de nuevo los menores se amotinaron e intentaron huir por las casas vecinas. Incluso, ingresaron a una bodegas vecinas en donde sustrajeron bebidas gaseosas y alcohólicas, las cuales bebieron para luego lanzarles los envases vacíos a los agentes de la PNC.
Vecinos inconformes
Entre los ciudadanos más afectados por los constantes incidentes, se encuentran las personas que viven en los alrededores y quienes tienen negocios cerca.
“No solo vivimos con miedo, también debemos soportar que nadie nos quiera venir a visitar y además las ventas han bajado”, dice Estela Velásquez, dueña de una tortillería, sobre la 2a. Avenida y 2a. Calle de la zona 13.
Gerardo Lacayo, propietario de una empresa de construcción y cuya vivienda colinda con Las Gaviotas, relata que ya no soportan lo que sucede e hizo un llamado a la SBS para que el centro sea retirado del lugar. El precio de su propiedad ha bajado y sus clientes no quieren llegar a visitarlo, por lo peligroso del sector.
Al igual que estas personas, otros comerciantes se quejan y piden que Las Gaviotas sea cerrado. En los alrededores hay talleres, empresas de limpieza, bodegas e incluso centro educativos.
Otra de las quejas es que las antenas bloqueadoras de señal de celular instaladas en la correccional también los afecta a ellos.
Varios vecinos están considerando vender sus propiedades y mudarse a otro sector de la ciudad, ya que dicen que es imposible seguir en el lugar “los disturbios son casi todo los meses y, ahora, cierran todas las calles. Mejor me voy de aquí”, dice Rosa María Juárez, quien lleva más de 40 años viviendo en la 3a. Calle y 3a. Avenida de la zona 13.
Fotos: @marvindelcid