La mentira de este mundo es que “eres lo que haces” pierde valor cuando estamos en cuarentena, sin hacer mucho, pero guardando nuestra vida sabiendo que aun así tiene valor. Protegemos la vida de otros, de los ancianos, los niños, los desprotegidos y de los pobres, aunque no “hacen” nada que defina “quiénes” son.
Esta cuarentena tiene la capacidad de sacar a la luz, la oscuridad de las mentiras que nos hemos creído como sociedad.
¿Cuál es la verdad de la Biblia?
“Le creyó Abraham a Dios y esto se le tomó en cuenta como justicia”. En Romanos 4:3.
Esta cita es una especie de círculo cerrado que hace relación con algo que se escribió en Génesis miles de años antes. Y la usamos ahora, alrededor de dos mil años después de que Pablo la escribiera a los romanos. Es tan nuevo y relevante como entonces. No por ser histórico pierde validez, al contrario, así es como conocemos que es verdad.
Pablo está explicando acerca de la justicia de Dios, que es placentera porque gracias a Jesús somos justificados, no se no toma en cuenta nuestras obras sino nuestra fe. Primero creemos y después cambiamos.
Tan contrario al mundo donde primero tienes que dar evidencia exhaustiva de que eres diferente para que te crean, mientras Jesús te dice: yo YA te veo diferente.
Esto es así: no se trata de qué tan devoto seas o hayas sido, cuántos errores cometiste, qué tan buen hijo de Dios sos, Dios no quiere tu reporte de calificaciones espiritual. Dios quiere tu corazón tal cual es.
¿Y qué podría querer Dios con mi corazón roto, descompuesto o con defectos? ¿A cambio de vida eterna? No suena tan buen negocio, ¿cierto?
Eso, eso es el amor.
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