La sumisión no es una mala palabra
Es normal que pensemos que la sumisión indica violencia, atropello, discriminación. Eso es lo que vemos a diario en todos lados. Pero la Biblia tiene una definición de sumisión muy distinta que significa orden y respeto, con libertad sin miedo ni represión.
Cuando hablamos de obediencia, muchos de nosotros pensamos que significa ser tontos, no tener una mente propia o que nos están lavando el cerebro. La Biblia tiene otra mentalidad. La obediencia se consigue cuando existe confianza de verdad y humildad para reconocer que por más letrados, cultos o eruditos que seamos, jamás tendremos todas las respuestas correctas.
Así que cuando la Biblia pide que las mujeres se sometan y obedezcan a sus maridos, no lo está diciendo para que se dejen violentar, abusar o lavar el cerebro. Al contrario, los mandamientos más importantes son el amor a Dios y a las demás personas. Y dicho sea de paso, los hombres también tienen mandatos que cumplir.
Si te casaste en una ceremonia cristiana (léase católica, evangélica o cualquiera que siga los mandatos de la Biblia) accediste a someterte a tu esposo. Y el accedió a sacrificarse por ti.
Cuando me casé, me sentía un poco indecisa acerca de esa parte de la Biblia. Me encanta cuando dice que tenemos que amarnos siempre, respetarnos, cuidarnos, ser pacientes, generosos y amables. Me encanta cuando dice que mi esposo tiene que sacrificarse por mi. No me encanta -para nada- cuando dice que tengo que someterme a mi marido. Sin embargo, en el camino recorrido fui viendo que no podemos elegir solo algunas partes y esperar el resultado completo. Un matrimonio realmente puede ser una maravilla, si seguimos las instrucciones indicadas.
¿Será que se puede estar a favor de los derechos de las mujeres y someterse al esposo al mismo tiempo?
Si leemos completo el capítulo donde se habla de los deberes conyugales (1 Pedro 3:1-6 para el que ocupe) habla de la sumisión y la obediencia como una actitud honesta y respetuosa; tranquila y amable; poniendo la confianza en Dios; sin miedo a nada. Si le quito la palabra sumisión y dejo solo las características puedo sin duda, anhelar ser esa mujer. Imaginen: ser tranquila, amable, respetuosa, honesta, sin miedo a nada. Ese es el exacto tipo de mujer que muchas buscamos ser. No queremos tener que estar gritando por defender nuestros derechos, no queremos ser llamadas histéricas, no queremos estar enojadas todo el tiempo.
Someterte a tu marido en la Biblia significa que no te enojas con él porque no hace las cosas exactamente como a ti te gustan o que controlas como se viste, con quien habla o como se comporta. Obedecer a tu marido significa que le muestras respeto sin tener miedo a nada. Una mujer respetuosa y valerosa. Eso sí que me representa.
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Esta es la primera parte de una serie acerca de 1 Pedro 3. Si crees que hace falta decir algo más, no dudes escribirlo en los comentarios.