Cuando veo a una feminista desnuda manifestando la protección de nenes pienso que no es la forma en que yo lo haría, pero que proteger a esos nenes es necesario. En defensa y seguridad de las niñas y niños, no comparto todas las acciones de manifestación, en especial cuando incluyen insultos, desnudos o violencia. Sin embargo, comparto la lucha. No es necesario ser feminista para proteger a las niñas de ser violadas, ultrajadas, abusadas, vendidas o plagiadas. Nadie tiene la obligación de ser feminista, pero todos (¡y todas!) sí tenemos la obligación de cuidar a las niñas y niños de la violencia sexual.
No veo a las iglesias guatemaltecas defender la vida de las niñas con la misma pasión que la lucha feminista, ni a sus detractores. No veo a las familias hablando de este tema en círculos familiares, con o sin bandera religiosa o política, enseñando a los hombres de todas las edades a no violar. El 89 por ciento de los violadores de niñas y niños son sus familiares. No se equivoquen, a los niños también los violan.
El silencio nos hace cómplices: no solo para denunciar, sino para educar. Necesitamos hablar de estos temas, necesitamos decir: no violes niñas, no está bien. No violes a nadie.
Los agresores son tíos, primos, hermanos, padres, abuelos. Y tías, primas, hermanas, madres, abuelas que se quedan calladas porque no quieren incomodar a nadie, porque de eso no se habla. Ya basta. ¿Por qué no queremos afrontar este tema? Todos estamos involucrados, ese es el asunto. Unos por violar, otros por callar.
Según Prensa Libre, en 2018 se registraron 102 reconocimientos médicos por delito sexual contra niñas menores DE UN AÑO. Ciento dos niñas fueron violadas antes de aprender a caminar. Y estos son los datos que conocemos ¿qué pasa con los que desconocemos? ¿Cuántos son? Nadie sabe, excepto los niños y sus familias que callan permitiendo que la injusticia pase de generación en generación.
¿Estás listo para hablar?
Hoy, de una vez, habla con tu familia acerca de estas estadísticas. Diles que no es permitido agredir sexualmente a nadie. Si tienes un familiar que es agresor sexual, denúncialo. No permitas que esos niños y niñas sigan sufriendo, no seas cómplice.
Si eres un agresor, busca ayuda psicológica inmediatamente y habla con tu familia.