La frase ya la había escuchado. No era nueva para mi ni nadie. Sin embargo esta semana se llevó el premio por la cantidad de veces que la escuché y que me la dijeron:
“Es que eso es lo que le gusta a los Millennials”
De primas a primeras, la frase no tiene ninguna connotación negativa. Pero el contexto es quien manda. Esa frase la suelen decir aquellos que hacen, comparten o avalan contenido basura en internet. Ellos siempre caen en el mismo argumento: “hacemos esto porque los Millennials lo piden. Los jóvenes lo consumen. A ellos les gusta”. Y quizás la frase sea verdadera, hasta cierto punto, pero aquí el problema se divide en dos: la generalización de una generación en una etiqueta negativa y el falso argumento que sirve para envalentonar a los creadores de contenido basura.
¿Qué es contenido basura?
Sencillo: es aquel que no aporta y que destruye. Los ejemplos sobran. Desde las fake news hasta los insultos en redes sociales (firmados, en su mayoría, por Netcenters). El contenido basura en internet va desde la pornografía hasta los videos absurdos en YouTube (¿Alguien recuerda a Logan Paul? He allí su ejemplo). Todo esto es contenido basura; basura porque no sirve, porque debería ser desechado. Lastimosamente, el Internet está repleto de ese tipo de videos, fotografías, información, noticias y posts que hacen de la experiencia online un calvario a veces.
Falso: no a todos nos gusta
Es ridículo afirmar que a una generación completa se le alimenta con este tipo de contenido. Generalizar siempre es un error, porque la generalización es un extremo. “Todos los guatmaltecos son…”, “Todos los Millennials hacen…”, “Todos los periodistas dicen…”, esto es un error; un cáncer actual que se expande más rápido de lo que creemos.
Habiendo establecido la “generalización” como un argumento pobre, debatamos la frase que escribí al principio, llena de generalizaciones y muy peligrosa. Lo siento, “creadores creativos de contenido basura en internet”, pero no a todos los Millennials nos gusta eso. Al menos no a mi y les diré que es lo que no me gusta, qué es aquello que considero basura:
- Algunos “medios de comunicación”
Detesto los medios de comunicación que se dedican a “vender humo” (como solemos decir entre los periodistas). Esto significa: aquellos con titulares mentirosos que engañan al lector con tal de generar clicks y visitas, mejorando así las métricas del sitio. ¿En serio hace falta poner ejemplos? Ya saben a cuáles me refiero.
Dentro de esa categoría también están aquellos que no dan a conocer su postura editorial desde el principio y tergiversan cierta información para que se acople a su ideología, principios e inclinación. Eso es basura y basta con analizar varios medios para darnos cuenta quiénes no son honestos con sus lectores desde el principio. La objetividad como tal no existe. Es una hermosa utopía. Todos los medios tienen alguna inclinación, ¡que no los engañen!, y es responsabilidad de ellos comunicársela a sus lectores.
Y nunca faltan los peores: quienes mienten a propósito, utilizados algunas veces como vehículos políticos. ¿Quiénes recuerdan la farsa de “La Nación”, el periódico de Manuel Baldizón?
2. Las “creativas plumas”
Si bien es cierto que los usuarios son responsables de lo que consumen y comparten en internet y las redes sociales, no son los únicos responsables. ¿Qué hay de quienes crean este contenido? Ya hablamos de los “medios de comunicación” con problemas, pero ¿qué hay de aquellos que crean contenido sin pertenecer a ningún tipo de medio? Los bloggers, plumas independientes, youtubers, instagramers y columnistas también son responsables de publicar o no contenido basura en internet y las redes. Ustedes (nosotros) creamos contenido y lo compartimos. Algunas veces este se vuelve. La pregunta es ¿qué tipo de contenido estamos haciendo? ¿Somos conscientes de la cantidad de gente a la que llegamos? Aunque sea solo a una persona, ¿somos considerados y recordamos que un texto, video o foto puede cambiar vidas, percepciones o creencias para bien o para mal?
3. El escándalo en redes sociales
Hay comentarios que destruyen. Son distintos a las críticas, que utilizan argumentos para probar un punto distinto y que incitan al debate sano. Los comentarios llenos de odio, sin argumentos y con faltas de ortografía (porque eso también es contenido basura) no aportan nada a la convivencia en la web. Solamente ayudan a que la montaña de basura crezca más y más.
¿Cuál es el antídoto?
Este no es tan sencillo. Quienes no toleramos la basura en internet debemos hacer dos cosas: exigir con firmeza ese contenido que aporta y construye y dejar de consumir basura y comenzar a crear buen contenido (si tenemos la capacidad) o incitar a quiénes tienen esas facultades para que lo hagan. El internet debe llenarse de Millennials dispuestos a construir una mejor experiencia digital; una experiencia en el ciberespacio que valga nuestro tiempo, recursos y atención.
Así que la respuesta a la frase es simple: