Anna y Ángela son dos chicas alegres que llegaron a Guatemala hace tres años. Antes, estuvieron en Estados Unidos haciendo homeschooling (estudiando en casa) después de encontrarse con la realidad de las escuelas: chicos menores de 15 años fumando marihuana y teniendo relaciones sexuales en el baño. Fue entonces cuando Silvia, su mamá, decidió enseñarles desde casa. Su esposo, veterano de guerra estadounidense (sirvió en Irak durante 18 meses, mientras que Silvia estuvo embarazada de Anna), propuso a la familia mudarse a Guatemala al terminar su servicio militar.
Las chicas empezaron a asistir a un colegio como oyentes para conocer más el idioma español, pero el cambio no les favoreció: a pesar que empezaban el día más temprano, no tenían tiempo para aprender idiomas u otras actividades educativas que disfrutan. Por ejemplo, Anna quiere ser médica y aunque todavía está en 3ro. básico, ya sacó un curso de 80 horas de prenatal y obstetricia, preparándose para la universidad. Ángela, quien cursa 1ro. básico, quiere ser veterinaria y también es artista (más abajo puedes ver y escuchar el arte de las chicas).
En las palabras de Silvia, su mamá, con el homeschooling las niñas se convierten en autodidactas. Anna aprendió a tocar el teclado musical por sí misma y junto a su hermana Ángela, saben inglés, español, italiano estudian coreano y este año agregarán alemán y francés.
“El error de los padres nuevos (que recién empiezan homeschooling) es seguir el mismo ritmo que en el colegio”, indica la mamá. “Es mentira que no se pueden aprender dos idiomas al mismo tiempo”, citando el ejemplo de sus hijas políglotas.
Usualmente, para las mamás que hacen homeschooling, no es fácil interactuar con padres que tienen hijos en el sistema de colegio presencial, ya que se sienten inseguros respecto a la calidad de la educación. Para Silvia y sus hijas, esto no es excepción. Una de las principales preocupaciones de las personas es que sus hijas no tendrán la capacidad de enfrentar la universidad, ni la parte social ni la académica. Sin embargo, Silvia se mantiene firme y confiada por los resultados que ve en sus hijas. Unas chicas amigables, sonrientes, muy inteligentes y con capacidades muy superiores a las chicas de su edad.
Principalmente, no están abrumadas como en el colegio, por ejemplo cuando en 4to. primaria una de las chicas tuvo episodios de gran stress que le causaron los exámenes estatales en E.E.U.U.
De una manera muy relajada, en un horario más abierto, las chicas aprenden a su ritmo y enfocadas en sus intereses favoritos (sin dejar de lado las materias obligatorias). Ambas trabajan con un sistema a distancia del Ministerio de Educación de Guatemala.
“No cambio por nada el tiempo con mis hijas”
Silvia sabe que pasar este tiempo con sus hijas es un lujo, poder ser parte de su educación y convivir entre ellas es algo que valoran. Para poder lograrlo, la familia tiene un emprendimiento llamado “Silvia’s Kitchen”, donde trabaja toda la familia. Cuando tienen eventos grandes, ambas chicas ayudan en el catering. “Estamos criando visionarios”, dice Silvia, orgullosa de lo mucho que han aprendido sus hijas a través de un método que, aunque es diferente, funciona.
El arte homeschooled de Anna y Ángela
Anna y Ángela compartieron su arte en óleo y una de las canciones que compuso Anna.
Para escuchar la canción que compuso Anna, haz clic aquí.