En la capital, se volvió viral una clásica escena de tráfico local: alguien finalmente hizo evidente la psicosis colectiva, bajó de su carro e hizo todo un show violento. A lo que el internet respondió como hace con todo, el bullying descomunal hizo su entrada con fuerza y fervor. Estoy casi segura de que todos los que se burlan han hecho un berrinche similar, pero sin bajarse del carro; aunque el asunto aquí no es la ética o los principios morales, sino el desequilibrio social de siempre. Así como a toda hora hay tráfico, así hay psicosis.
Y es que el tráfico no solo es ocasionado por la multitud de carros, también es una consecuencia del desorden. Pasarse en rojo, estacionar en cualquier parte, no respetar las paradas de autobuses, “carriles” de motos clandestinos y otras formas creativas de ocasionar caos vial suelen pasar impunes. No siempre se trata de voluntad municipal, todo tiene sus límites.
La municipalidad de Xela ha mostrado ir más lejos en este sentido usando la vigilancia de vecinos y sus celulares. Igual que en otros lugares, crearon una aplicación para recibir denuncias. La diferencia está en que toman las denuncias en serio.
A pesar de ser anónimas, las denuncias llevan información importante como geolocalización, fotografías y espacio para escribir la denuncia. Hasta el momento, se han denunciado y multado a buses de transporte público por cobro ilegal de pasaje, accidentes, ir sobrecargados o con puertas abiertas; también a carros particulares por desorden vial.
La aplicación no solo recibe denuncias del tráfico, también hay denuncias por venta ilegal de licor, cobro ilegal de parqueo, publicidad ilegal, manejo incorrecto de la basura, servicio irregular de agua o luz.
Lo que se rescata y que verdaderamente hace noticia, es la capacidad de la municipalidad de empoderar a los ciudadanos, tomando en serio las denuncias, investigando respectivamente y creando una cultura de denuncia que impactará, sin duda, la cultura del lugar.