Me considero una persona optimista, con esperanzas en nosotros, los humanos y con esperanzas en que juntos, humanos de diferentes orígenes, etnias y procedencias podamos un día construir un mundo mejor.
Siempre he sido optimista y hasta hoy he tratado de pensar positivamente acerca de la humanidad. Sin embargo en los últimos años, mi optimismo en la humanidad ha sido cuestionado, transformándose en una sensación de impotencia tremenda que en algunas ocasiones me sume en un estupor que me hace preguntarme sobre la realidad que percibo a mi alrededor.
Vivir en un mundo que apoye tanto la avaricia de unos pocos, que promueva abiertamente la necesidad de someter a otros grupos humanos para conseguir intereses económicos me produce una sensación de tristeza. Más aún, por la impotencia que los ciudadanos comunes sentimos ante la imposibilidad de cambiar el estado de las cosas. La venta de armas por ejemplo, uno de los negocios más lucrativos que existen y uno de los más viles, puesto que es una forma de hacer dinero a costillas de la muerte de otros (para ilustrar mi punto muestro abajo las jugosas ganancias de la industria militar de los 5 mayores productores de armas).
| 47169 millardos de US$ |
2. Rusia | 33186 millardos de US$ |
3. China | 9132 millardos de US$ |
4. Francia | 8654 millardos de US$ |
5. Alemania | 7946 millardos de US$ |
Las noticias de estas fechas son agobiantes, en nuestro país por ejemplo, nos encontramos con escuelas sin recursos, sin maestros y sin una voluntad colectiva, de sociedad, de mejorar la situación actual. En el ámbito político, nos encontramos con grupos que quieren gobernar para satisfacer intereses propios a costillas de los impuestos que pagamos (sí a pesar de que vivo fuera yo pago los impuestos que me corresponden en Guatemala).
A nivel global, como civilización creo que damos pena. Hoy se lee en los periódicos que suman ya 60 muertos en Gaza, por un uso excesivo de fuerza por parte del ejército de Israel. En otra parte del mundo nuestro actuar ambiental y político pone en peligro la fragilidad de paraísos naturales como Socotra, en Yemen, un lugar con especies únicas en el planeta.
Creo que todos tenemos que hacer un esfuerzo global por aprender a tratar de entender nuestras diferencias culturales, nuestras diferencias religiosas y nuestras diferencias raciales. Debemos de aprender a hablar entre nosotros y aprender a resolver nuestros problemas de alguna manera, o tarde o temprano vamos a desaparecer como especie, eliminándonos a nosotros mismos, por culpa de la avaricia desenfrenada y por no tener la voluntad de sentarnos a dialogar y a encontrar soluciones.
A escala global, consumimos, desechamos y tomamos la vida de animales y plantas, sin pensar en las consecuencias que estas acciones tienen a largo plazo para nuestro entorno y para nuestro planeta. ¿Cómo afectarán nuestras acciones a este planeta hermoso y lleno de vida?¿Cómo podemos cambiar nuestro actuar para entendernos y lograr resolver nuestros problemas?
Cuando veo tantas diferncias a mi alrededor, me cuesta mucho imaginar cómo algún día vamos a encontrar soluciones a nuestros problemas. Sin embargo tengo esperanza que dialogando sin presiones ni agendas ocultas, lograremos como humanidad avanzar algún día y detener la tragedia ambiental que actualmente se despliega y al mismo tiempo evitar guerras y escenas como las vistas recientemente en las que en un sólo día, soldados de una nación disparan contra otros seres humanos.
Escribo lo anterior porque nos guste o no, estaremos, en este planeta por mucho, muchísimo tiempo; y éste planeta, el Planeta Tierra es el único que tenemos en miles de años luz alrededor.