Desde hace un año se puso de moda la famosa serie 13 Reasons Why, traducida a 13 razones por qué. Esta serie trata de una chica que comete un suicido y deja una serie de cintas, a todas aquellas personas que fueron “una de las razones” por las cuales decidió suicidarse. Es un programa que se ha hecho famoso a nivel mundial por iniciar una conversación acerca del suicidio. En la segunda serie, se presenta una secuela del suicidio, que incluye las implicaciones legales, emocionales y comunitarias de este fuerte evento. Algo que llama la atención de la segunda temporada, es que los niños en la escuela de la chica que cometió suicidio tienen prohibido tocar el tema dentro de la misma. Esto es atribuido a un fenómeno llamado contagio de suicidio.
¿Qué es esto?
El contagio de suicidio se define como la imitación en comportamientos parasuicidas o el suicidio en sí. El aumento de suicidios luego de la publicación de un suicidio es conocido como el efecto Werther y se refiere a la forma en la que un suicidio es un disparador para otros en personas sugestionables o susceptibles, en ausencia de recursos protectores luego del primer evento. Ha sido estudiado en el pasado que la exposición directa o indirecta a conductas suicidas precede a un aumento en comportamientos suicidas y en el riesgo que una persona tiene de suicidarse, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes.
Sin embargo, ¿es esto cierto?
Tanto el suicidio, como otros temas considerados tabú, suelen generar en las personas miedo a establecer un diálogo para no “normalizarlos”, fomentarlos o alentarlos. Sin embargo, es conocido que, dentro del comportamiento humano, aquello que se prohíbe o estigmatiza llama mucho más la atención que lo que se puede hacer o hablar de manera libre. Existe un fenómeno estudiado, llamado el efecto Streisand, que habla de cómo al intentar esconder, remover o censurar algún tipo de información, esta no intencionadamente se divulga de manera masiva, usualmente por medio del internet. Esto es un ejemplo claro de resistencia reactiva, que es una reacción motivacional psicológica que surge cuando a un individuo se le ponen reglas o regulaciones que amenazan su libertad de acción. Sucede cuando alguien siente inconsciente o conscientemente que se le está privando de ciertas alternativas, por lo que se resiste y busca lo que no puede obtener. En el caso de la serie, es claro como la prohibición del tema genera un clima de desconfianza, en el cual los estudiantes no se sienten en la libertad de compartir sus sentimientos relativos a lo sucedido, e incluso llega a poner en riesgo la vida de otros estudiantes que, sin un diálogo claro, llegan a tener conductas o pensamientos de suicidio.
He escuchado comentarios sumamente negativos de la popular serie 13 Reasons Why, de personas que al igual que el ficticio colegio, creen que el focalizar y “volver un héroe” a una adolescente que cometió un suicidio, así como darle tanto énfasis al asunto, genera una normalización del tema que pone en riesgo a la juventud espectadora, planteándoles esto como una salida. Haciéndoles pensar que todos van a “idolatrarlos” luego de haber cometido un acto de esta índole. Sin embargo, yo les pregunto, el silencio ¿protege o promueve?
La sociedad guatemalteca es característicamente conservadora para este tipo de temas, no hablamos de suicidio, violación, abuso y violencia lo suficiente, haciendo que probablemente nuestra juventud tenga mucha más curiosidad del tema de lo que tendría si existiera un diálogo. No sé cuales serán los efectos reales de un proyecto cinematográfico de este tipo, pues nunca ha existido uno que toque temas tan duros, de maneras tan abiertas y poco filtradas en las cuales la gente alrededor del mundo verdaderamente sufre. Puede que fomente actitudes negativas en ciertas personas, pero ciertamente es la primera vez que le abrimos un campo al diálogo. No podemos evitar que estas cosas existan, pero sí podemos evitar que sigan siendo tabú. Necesitamos hablar de abuso, suicidio, drogas, violencia, incesto y muerte con nuestra juventud, pues es algo de lo que no vamos a poder protegerlos y puede que por el afán conservador de no tocar esto temas, no podamos ver que alguien los esta viviendo, que necesita nuestra ayuda o que lo podemos sacar de la situación. ¿Será mejor protegerlos sin hablarlo para no normalizarlo o aceptar que es una realidad y que el hablarlo puede ayudarnos a salvar a alguien?