Hace algún tiempo, yo vivía en la zona 3, a pocos metros de la Avenida Elena, que es la que marca la “frontera” entre la zona 1 y la zona 3, en Ciudad Guatemala. La casa donde vivíamos mi madre, mi hermano y yo, quedaba sobre la 3 calle ‘A’, del lado de la zona 3.
Cerca de allí vivía un amigo muy estimado con quien sostuve muchas conversaciones sobre temas muy diversos. Una vez, cuando cursaba mis estudios de licenciatura en la Universidad de San Carlos, yo regresaba a mi casa y este amigo estaba sentado en la banqueta de su casa, fumando un cigarro.
Eran como las 4 de la tarde y me senté con él a platicar. Ese día terminamos conversando de unas islas muy remotas que quedan en el Océano Índico Sur, las islas de Kerguelen. Esos tiempos eran el final de los 90’s y la Internet comenzaba en el mundo y así fue como tiempo después encontré una página con información sobre dichas islas y sobre otros lugares similares. Descubrí que esas islas quedaban muy lejos, al sur del tercer océano más grande de la Tierra.
Limitado al Oeste por el Océano Atlántico, al este por el Océano Pacífico, al norte por el continente Asiático y al Sur por el Océano Antártico, el Océano Índico cubre una extensión de 73.5 millones de kilómetros cuadrados. El fondo está dominado por tres cadenas montañosas submarinas, la cadena submarina Índica oriental, la cadena submarina Índica media y la cadena submarina Índica occidental. Las tres se juntan en un punto en común localizado al sur de India. A diferencia de los océanos Atlántico y Pacífico con sus muchas fosas, el océano Índico tiene pocas fosas oceánicas, y una de ellas es la fosa de Java. En este punto el océano Índico alcanza una profundidad de 7,125m. , y este es el punto donde las placas tectónicas de Australia e India subducen debajo de la placa Euroasiática. Es este punto, uno de los puntos sísmicos más activos de la Tierra y es en la parte norte de esta fosa donde se originó el enorme tsunami que azotó las costas del sureste asiático en diciembre de 2004. Por otro lado, el punto donde la placa Australiana colisiona con la placa de India es aún incierto.
Otras dos placas tectónicas que yacen sumergidas debajo de este océano son la placa Antártica y la placa de África. Los puntos donde la placa Antártica chocan con la placa de Australia y de África son los puntos donde encontramos las cadenas montañosas sumergidas y donde encontramos el lecho marino más joven del océano Índico; es aquí donde las placas tectónicas divergen y material nuevo de la corteza terrestre emerge al lecho marino.
El punto más profundo del océano Índico corresponde a la fosa de Diamantina, una zona de fractura localizada al suroeste de Australia. Llamada así por el barco que midió la batimetría del lugar HMAS Diamantine, la fosa alcanza la asombrosa profundidad de 8,047m. por debajo del nivel del mar.
El fondo del Océano Índico posee innumerables planicies, siendo las más importantes la planicie de Mascarene, la planicie de Ceilán, la planicie de Australia del Sur y la planicie de Enderby, cerca de la Antártida. También contiene depresiones importantes como la de Perth, Australia del Norte, Cocos, Índico Medio, Arabia, Somalia, Comoras, Crozet y la depresión Atlántica Índica, todas ellas con profundidades de hasta 6,000 m.
El Océano Índico también tiene áreas menos profundas llamadas plataformas (o plateaus) por los geólogos. Algunas de ellas forman islas y es así como se originaron las islas Crozet y Chagos, por mencionar dos ejemplos. Sin embargo, la región más grande de ellas es la plataforma de Kerguelen, una región poco profunda (pocos cientos de metros) cuyo punto más elevado son las Islas de Kerguelen y las montañas en dichas islas. El Monte Ross, el punto mas alto de las islas, se eleva a 1,850 m por encima del nivel del mar.
Es aquí en las islas de Kerguelen, donde retorno a la banqueta de la 3 calle ‘A’ de la zona 1, en la Ciudad Guatemala y viene a mi memoria mi amigo Federico que hoy ya no está, con su sonrisa franca, su cigarro en la mano y nuestras conversaciones sobre estos desolados sitios.
BLOG: MIRADOR DEL COSMOS, POR EDUARDO RUBIO

Astrónomo de profesión. Nómada del tercer planeta desde el Sol. Admirador de atardeceres, del mar y las montañas. Apasionado de las miniaturas a escala y de la historia. Lea todas sus columnas en este enlace.