Thelma Aldana ha sacado un leño caliente de una nutrida fogata y se lo ha dado a Consuelo Porras quien desde el 17 de mayo la releva. La gestión de la ex fiscal es elogiada por muchos y odiada por otros. Lo cierto es que ella le ha dejado unos zapatos grandes para llenar y una brasa caliente: un expediente para el retiro de antejuicio del presidente Jimmy Morales.
Durante su última conferencia la ex funcionaria ha dicho sin rodeos que el caso está listo y que el expediente puede presentarse, si hay voluntad de hacerlo, en ocho días.
Aldana será recordada por muchos como una funcionaria que contribuyó a procesar a dos ex presidentes, una ex vicepresidente y decenas de políticos vinculados con actos de corrupción.
Según a un estudio reciente la confianza en el MP se elevó diez puntos porcentuales y pasó de 47.8 a 57.8 por ciento. Dependerá de Consuelo Porras que esa confianza sea duradera, se acreciente o se desmorone.
Aldana junto al Comisionado Iván Velásquez acostumbraron a la ciudadanía a presentar investigaciones de alto impacto que nos sorprendieron a todos: cooptación del Estado, la coperacha, construcción y corrupción, cooptación del Registro de Información Catastral, financiamiento electoral ilícito y caja de pandora, son algunos de los más recordados.
Brasa que arde en manos de Porras
La determinación de Aldana por procesar a políticos que antes parecían intocables y sacar a luz casos con los que solo soñábamos, son la principal carta de presentación de la ex funcionaria.
La salida de Aldana no podía pasar inadvertida, muchos esperaban una conferencia final y para no defraudarnos la desarrollo. Un día antes de su salida presentó, junto a Velásquez, la segunda parte del caso de financiamiento electoral ilícito que involucra al presidente Jimmy Morales.
Durante la conferencia de prensa Aldana emitió una afirmación elocuente y comprometedora tanto para Porras como para la institucionalidad del MP: “existen elementos suficientes como para solicitar se retire el antejuicio al presidente”. Dijo que el caso estaba casi listo y que en alrededor de ocho días podía ser presentado.
Una periodista le indagó ¿Es un hecho qué se presentará? A lo que respondió: que solo podía informar que el proceso avanzaba pero que esa decisión no podía tomarla ella. ¿Entonces quién? Desde luego su sucesora, Consuelo Porras, la ungida por el mismo presidente.
La pregunta que me surge es: sino estaba listo el expediente ¿Por qué hacer mención del mismo? ¿No hubiese sido mejor esperar el momento y dar un golpe silencioso? Con ella en el cargo, seguramente sí, pero con alguien más… lo mejor era alertar a la opinión pública que dicho expediente estaba avanzado y que solo era de esperar algunos detalles finales para presentarlo.
¿Fue estratégico? A mi forma de interpretar la situación sí, lo fue. Seguramente si Aldana hubiese tenido esos ocho días más en el cargo, la conferencia hubiese esperado un poco más y en ella habría informado que el requerimiento había sido presentado. Pero como no tenía ese tiempo, prefirió alertar y de esta forma comprometer a la nueva funcionaria, quien desde luego merece nuestro beneficio de la duda.
En ese contexto Porras tiene un reloj con cuenta regresiva, un leño que arde en sus manos ¿Qué hará con el? ¿Sacudirlo o dejar que la quemé? El desenlace lo conoceremos pronto. No se lo pierda.