Hace unas semanas empezó el escándalo de que una banda satánica de Suecia iba a venir a tocar a Guatemala en el mes de octubre, aparentemente un grupo religioso puso el grito en el cielo y no conforme con la libertad de expresión, lanzó una petición en internet recaudando firmas para que esta banda no se presente en el país. Lamentablemente esto llegó a ser conocimiento del congreso quienes ni lentos ni perezosos metieron su pronta y desagradable opinión en el asunto llegando al grado de votar por que no se les dé entrada a estos músicos al país.
Yo no soy fanático de esta banda o del género para ser sincero, pero no puedo compartir la opinión de tantas personas en contra de que se presenten en Guatemala, no es la primera vez que vienen y sus conciertos son pequeños de unos 200 a 300 asistentes la verdad, fanáticos que lo único que quieren es escuchar la música de la banda, lo escribo de esta manera porque he tenido la oportunidad de ir a este tipo de conciertos en numerosas ocasiones y nunca pasan de un par de bolos que se dan sus cuentazos o un par de litros rotos por accidente.
Marduk. Foto sacada de ELSALVADOR.COM
Ahora me pregunto ¿Cuántos sueco parlantes hay en Guatemala para que la sociedad o la comunidad religiosa se preocupe tanto por el “mensaje” de tal banda? ¿Qué tenía el congreso que meter su repugnante lengua en algo tan trivial como un concierto de black metal? Preguntas retoricas a un millón de respuestas tontas o sin fundamento, ahora bien, si nos enfocamos en la razón por la que la banda Marduk no se le va a admitir en Guatemala, citando lo que pude escuchar directamente de las bocas de los congresistas, quienes disparaban frases tan incongruentes como “ofende la moral del pueblo cristiano de Guatemala”. ¿que pueden pensar entonces de las letras de uno de los géneros musicales más populares y odiados de la actualidad? El reggaetón, cuyas letras predican la misoginia como algo normal, fomentan la promiscuidad e inclusive intentan glamorizar la delincuencia, vale aclarar que no todos los representantes de esta corriente musical lo hacen, pero si su mayoría, lo más triste es que esta “música” está en idioma español y nadie la tacha de atentado a una sociedad religiosa de “buenas costumbres”.
Diputada habla en contra de evitar la entrada de la banda.
Otro diputado mencionó que el concierto de Marduk es “un movimiento satánico que viene a perder a la juventud de nuestro país”, pero en realidad lo que pierde a la juventud del país no es una banda controversial y me atrevo a incluir que tampoco el reggaetón, lo que la pierde es vivir en un país sin oportunidades, sin educación, sin salud, sin igualdad y sin justicia. Estos factores sí atentan en contra del desarrollo en general de un país no digamos en la juventud quienes se ven forzados a crecer en caminos cada vez mas angostos.
Varios diputados dieron sus mini discursos morales y religiosos a favor de que se les prohíba la entrada a la banda en cuestión y muy pocos opinaron estar en contra, todo esto acompañado de una sonrisa casi burlona del presidente del congreso, quien tal vez se reía por el extraño uso del idioma español en el hemiciclo (cosa que es costumbre) o por lo inútil del escándalo que un posible evento está provocando, sea cual sea la razón al final del día los maniáticos han hablado y ganaron, pero con ellos lograr prohibir la entrada al final no es más que una recomendación para que las entidades correspondientes tomen una decisión.
Definitivamente me parece de mal gusto que los parlamentarios nacionales vean con tal detenimiento algo que no es un problema de las magnitudes de la desnutrición o la extrema pobreza nacional, una situación que ni es un problema en lo absoluto. Solo espero que esto no se vuelva un operar acostumbrado y que ahora pretendan decirle al pueblo de Guatemala qué música pueden escuchar o a qué eventos pueden acudir. Por una Guatemala libre y con Rock me despido por hoy.
*Foto de portada Billboard.com
*Foto del interior del congreso Prensa Libre.