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CLUB LA MONTAÑA

Mi grupo era varones de 12 años. Uno de ellos nos abordaba para consultarnos nuestra postura respecto a “lamerle la cuca” a nuestra esposa. Si le decías que estabas a favor, te felicitaba llegando al extremo de estrechar tu mano. Si respondías que no o expresabas duda al respecto, trataba de convencerte de que no era “ninguna cochada” “lamerle la cuca” a tu cónyuge.

Al final premiaban al niño que más se hubiera divertido – Porque, a huevos, en vacaciones lo que uno busca es presión –. A mí ningún hijuelagranputa me va decir cuándo me tengo que divertir.




EL ZOO

Un niño padecía poliomielitis, por lo que los guías nos recomendaron tener especial consideración. Los demás niños nos referíamos a él como “el niño de las piernas” y si pasaba le hacíamos espacio. También hablábamos más bajo, lo cual era innecesario.

Nos pidieron que cada uno escogiéramos un animal para que en la clausura le diéramos de comer. Elaboré una lista de los animales y llevé a cabo un proceso de selección mediante llaves de eliminación directa.

Elegí al camello.

Fue una mala decisión de la cual, aún al día de hoy, me arrepiento.

El cuidador me dio hojas, se las puse en la cara al camello y las mordió. No fue divertido. Mi hermana – quien eligió a su animal el día mismo de la actividad – alimentó al tigre y siempre hablaba de lo emocionante que había sido, despertando rencor en mí.




*A partir de aquí cada curso se valorará con tigres y camellos – 5 tigres comiendo = la mejor nota. 3 camellos comiendo = la peor.

SCOUTS

Asistí 1 día. Caminamos y asamos chorizos. Ya que sobró 1 chorizo, el maestro scout pidió que cada uno dijera un número del 1 al 10 y quien adivinara disfrutaría el último chorizo. Uno de los niños no sabía los números ya que no poseía escolaridad, y se puso nervioso. Otro niño le susurró por chingar “decí quince”, y lo dijo.

El profesor scout ordenó que formáramos dos hileras y que el niño de la broma cruel caminara en medio de ellas recibiendo coscorrones. El niño bromista lloró y esto llenó de satisfacción al monitor scout.




CURSO DE GUITARRA

El hermano Pepe era evangélico y enseñaba a tocar instrumentos musicales en su casa. Sin embargo, el método del hermano Pepe, en mi opinión, era deficiente. El hermano Pepe me enseñaba cómo iba el acorde de una alabanza y luego se retiraba a realizar cosas evangélicas personales.

El hermano Pepe decidió que celebraríamos un recital en el que yo le mostraría a mi familia mis “avances”.

El recital fue mediocre y procedimos a comer sándwiches que preparó mi madre. Mi hermana y yo notamos que el hermano Pepe ejecutaba movimientos bruscos con su cabeza. Una capa de sándwich se había adherido al cielo de la boca del hermano Pepe e intentaba removerla usando su lengua. Ese suceso fue hilarante para nosotros y la fuente de imitaciones que por años repetimos sin perder nunca su efecto humorístico.

Si volviera a un curso de vacaciones en el que me pidieran elegir a quién darle de comer, elegiría alimentar con sándwiches al hermano Pepe.




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