Al momento que escribo, esta fuera de las posibilidades de la humanidad, viajar a otro lugar para vivir en nuestro Sistema Solar y/o en la vecindad Solar. Nuestro planeta es el único lugar que tenemos y por el momento, el único que reúne las condiciones necesarias para sostener la vida como la conocemos de manera natural.
En esta nota, quiero invitarle a reflexionar sobre la forma en que funciona nuestra sociedad, una forma que desde mi punto de vista, me parece insostenible. Nuestra sociedad actualmente está basada en un mercado de consumo.
A diario nos bombardean por todos lados con ofrecimientos de productos y servicios que muchas veces no son necesarios. Pero… ¿Realmente necesitamos todas estas cosas? La respuesta que yo he encontrado puede sorprenderle: No necesitamos muchas de las cosas que nos ofrecen. Es más, yo vivo feliz con pocas cosas.
A esta conclusión he llegado yo luego de muchos años de practicar el senderismo, el montañismo y más recientemente, luego de mi experiencia trabajando como guía y conferencista a bordo de buques con pasajeros en regiones polares. La vida que escogí me obligó primeramente a tener poco, innumerables mudanzas dentro de ciudad de Guatemala, luego entre países y continentes y me hizo poseer pocas cosas para poder moverme ligeramente. Fue a través de estas experiencias que descubrí que no es necesario estar rodeado de muchos objetos para vivir de manera práctica y cómoda.
Fué así tambien, como comencé a pensar que es realmente poco lo que neceistamos y que sobre todo muchas de las cosas que poseemos son cosas que no necesitamos realmente. ¿Cuánta ropa realmente utiliza usted que me lee? ¿Cuántas cosas de las que posee realmente necesita usted? Ahora cada vez que deseo comprar algo, adquirí el hábito de preguntarme a mí mismo si realmente necesito ese artículo o servicio. He decidido adquirir servicios o artículos si y solamente si los encuentro absolutametne indispensables. En esa dirección también trato en la medida de lo posible evitar adquirir artículos confeccionados con materiales plásticos y trato en la medida de lo posible de reparar las cosas que se arruinan antes de tirarlas.
En ese sentido mire a su alrededor y tómese unos minutos para pensar cómo se fabricaron las cosas a su alrededor. ¡Imaginese la cantidad de materiales refinados que tuvieron que emplearse para fabricar un auto, una computadora, los zapatos o la ropa que viste! Imagíne ahora cuantos recursos se emplearon para satisfacer necesidades semejantes entre los miles de millones de habitantes del planeta.
Consuma menos, use lo estrictamente indispensable -ésa es mi filosofía de vida ahora.
En lo personal, creo que limitando mi consumo, empleo la menor cantidad de recursos del planeta. Desde mi perspectiva, creo firmemente que si todos actuáramos de una manera similar, -adquiriendo lo que nos parezca únicamente indispensable-, lograremos reducir como especie, la cantidad de recursos que como especie tomamos de nuestro planeta.