No hace mucho tiempo, antes de que iPhone o Android existieran en nuestro vocabulario, hubo otras empresas que fueron las pioneras, pilares y dueñas del segmento de teléfonos -no tan- inteligentes. Empresas tecnológicas y de vanguardia, que no supieron cómo reaccionar a ideas nuevas, que tardaron en acoplarse al cambio que trajo Apple y Google con sus sistemas operativos móviles. Muchos grandes del sector pasaron a ser compradas y revendidas como si nada (hola Motorola y Nokia), pero de todas ellas, fue BlackBerry la que tuvo el desacierto y necedad de no ver lo evidente, de continuar cometiendo el mismo error una y otra vez.
En sus buenos años, BlackBerry era el teléfono que todos deseaban tener, no solo porque era “más” inteligente que los de la competencia –realmente solo enviaba correos y tenía una aplicación de chat tipo WhatsApp, que solo los que tenían BlackBerry podían usar-. Era un sinónimo de éxito, ya que eran los celulares caros de la época, tenían un certificado de seguridad tipo militar –aunque no habíamos inventado las selfies todavía, así que poco o nada de información o valor teníamos en nuestros teléfonos-. Es recordada por sus teclados físicos, presuntamente ergonómicos, aunque no sé cómo se podía escribir “cómodamente” con tantos botones tan pequeños y pegados uno al otro.
Todavía recuerdo cuando todos preguntaban por tu “BB-pin”, si no tenías uno, eras el “recha” del grupo, quién se hubiera imaginado las ironías de la vida ahora que BlackBerry es la “recha” de los smartphones. Ahora en un nuevo intento de revivir la marca y tirar de la nostalgia -si es que todavía existen los que añoran los teclados físicos en el teléfono- con un nuevo teléfono, el KEY2 que será presentado el próximo 7 de junio.
BlackBerry no ha muerto, larga vida a BlackBerry (o tal vez no)…