La crisis económica es el común denominador de la pandemia. Ha flagelado casi todos los sectores comerciales y productivos del país, en los medios culturales y artísticos el impacto ha sido catastrófico.
Si estas dificultades llegan acompañadas de infortunios, la situación se vuelve extrema. Este es el escenario que enfrenta el escritor, periodista y ensayista guatemalteco Francisco Alejandro Méndez Castañeda. Francisco atraviesa actualmente un momento de dificultad extrema como consecuencia de un accidente sufrido en plena pandemia de COVID-19.
HOMBRE DE LETRAS
En el año 2017, Francisco fue galardonado con el máximo reconocimiento literario en Guatemala, el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias. El premio le fue otorgado por la calidad de su obra, su amplia trayectoria y por el rol que ha tenido en el desarrollo de la identidad cultural del país a través de su ejercicio periodístico y literario.
EL ACCIDENTE
El pasado julio, Francisco cayó desde un puente peatonal de aproximadamente 2 metros y medio de altura. Como consecuencia de la caída, sufrió fuertes lesiones en las vértebras, nervios y médula espinal. Los nervios comprometidos en la lesión provocan, además de dolor, que las piernas tengan muy poca capacidad de movimiento. Por otro lado, en el golpe que sufrió al caer del puente, las dos rodillas también sufrieron trauma severo. Se destruyeron los meniscos y los ligamentos.
CIRUGÍA INMINENTE
Francisco necesita ser operado lo antes posible. La cirugía de la columna es imprescindible pues, según le han dichos los médicos, un movimiento en falso u otra lesión, aunque leve, puede provocar una parálisis irreversible. En el caso de las rodillas, también necesita intervención quirúrgica para la colocación de prótesis en ambas piernas. Se trata de un cuadro clínico crítico.
LA SITUACIÓN
La pandemia colocó a la mayoría de los artistas y gestores culturales de Guatemala en serias dificultades profesionales. En tiempos duros no hay espacio para el arte. El confinamiento no permite que se realicen actividades ni talleres ni presentaciones, la generación de ingresos es prácticamente nula.
Por otro lado, no existen programas de salud ni de pensiones por parte del gobierno, a través del Ministerio de Cultura, para atender al medio artístico, ni siquiera para sus Premios Nacionales. Han sido presentadas algunas iniciativas, pero no se ha llegado a nada en concreto.
El quehacer cultural no es tratado con la importancia que merece. De cierta manera es comprensible. Si en el país no se logra cumplir con las funciones básicas de brindar salud y educación a las poblaciones vulnerables, es iluso soñar con agendas que incluyan programas o seguros médicos para los artistas.
A lo largo de la historia, el arte ha sido fundamental en la construcción de las civilizaciones, una constante de desarrollo. Sin embargo, en países como el nuestro, en donde existe tanto talento, es un acto heroico dedicarse al arte, en cualquiera de sus manifestaciones.
Quienes creemos en la creación artística como vehículo de evolución y crecimiento, lo hacemos por puro amor al arte. Vivir de ello es prácticamente imposible. Hacer frente a la adversidad, ni se diga.
UN LLAMADO A LA SOLIDARIDAD
Después de esbozar la realidad respecto a la protección inexistente del artista nacional, lo importante es buscar una solución. Francisco en este momento no está trabajando, ni en capacidad de hacerlo por razones evidentes. La cirugía que necesita con tanta premura tiene un costo considerable. Por este motivo, hacemos un llamado al pueblo de Guatemala, a lectores y estudiantes y a todo aquel que esté en posibilidades de colaborar.
¿CÓMO PUEDO AYUDAR?
Podemos adquirir su novela “Si Dios me quita la vida” por Q 150.00 depositando el importe en la cuenta de María del Carmen Méndez, hermana de Francisco. También podemos depositar en la misma cuenta cualquier monto como aporte adicional. La información es la siguiente:
Banco: BAC S.A.
Cuenta monetaria No.: 903492734
A nombre de: María del Carmen Méndez.
Son las actitudes para con el prójimo las que definen nuestra verdadera esencia. En momentos de adversidad, tender una mano puede cambiar la vida de quien recibe la ayuda y también de quien la da. Hoy es Francisco quien nos necesita.