El ejercicio de la gratitud mantiene a tu corazón en forma y saludable. Nos obliga a tomar una postura positiva no con un optimismo ciego sino uno fundamentado. La felicidad no es para tontos sino para los agradecidos.
Cierto, la vida tiene sus desgracias y sus frustraciones a la orden del día. A veces son tan incómodas que se convierten en el centro de atención y el universo gira a su alrededor. La gratitud, una acción de gracias genuina, restaura el orden y nos abre los ojos: hay más en la vida que solo decepción.
Las noticias absurdamente despiadadas nos inundan: caos y destrucción a la orden del día haciendo mucho ruido. A pesar que no necesitamos frustrarnos más, allí están: esperándonos. Pero no hoy. Hoy nos espera la gratitud.
Este es un buen momento para tomarse tres segundos y elegir tres cosas por las que siente gratitud y llévelas consigo, como sonrisa de bolsillo, pequeña pero grande como aquel Larousse Ilustrado de antaño.
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