El 28 de noviembre recién pasado se celebró en la comunidad científica el 50 aniversario del descubrimiento de los púlsares. Su descubridora fué Jocelyn Bell Burnell quien entonces era una estudiante de doctorado en ciencias de la universidad de Cambridge en Inglaterra. Jocelyn en su momento se encontraba investigando la forma en que las señales de radio se propagan por el espacio interplanetario y cómo el plasma frío afecta las señales produciendo un retardo, de tal suerte que las señales de mayor frecuencia llegan más tarde que las de menor frecuencia.
La primera señal de que un objeto como estos se recibió de manera casual, por Jocelyn Bell en Agosto de 1967 al encontrar “pulsos” en la señal del radiotelescopio. Con el correr del tiempo, ella notó acertadamente que estos pulsos se repetían de manera consistente cada día y rápidamente concluyó que dichos pulsos deberían provenir de la misma dirección del cielo.
El hecho que los pulsos de este objeto se repetían cada 1.33 segundos alertó a los científicos de que quizás esto se trataba de una señal de una civilización distante e inteligente, capaz de emitir señales pulsadas al espacio. Por esta razón, esta señal fué bautizada con el nombre de LGM-1 (Little Green Men 1) una abreviatura que en español significa pequeños hombres verdes.
Pronto, otras tres fuentes fueron descubiertas, anulando la posibilidad de que estos objetos fueran provocados por señales extraterrestres y aumentando la posibilidad que fueran provocados por un fenómeno no observado aún. Pronto entre 1967 y 1968 un total de 21 pulsares fueron descubiertos confirmando varias predicciones teóricas sobre su formación y su posible asociación a despojos de supernovas y sobre su naturaleza intrínseca.
En nuestra galaxia hay muchos miles de millones de estrellas y no todas ellas tienen la misma masa. Hay estrellas más masivas y menos masivas. Las más masivas son las menos abundantes conformando únicamente menos del 2% de la población total. Estas estrellas cuando agotan su combustible nuclear, explotan en una acontecimiento colosal llamado una explosión de supernova. Estas son las explosiones estelares más potentes que conocemos en nuestra galaxia. Luego de la explosión puede sobrevivir, si la estrella no es muy masiva, el núcleo de la estrella, comprimido por las fuerzas colosales de la naturaleza a una pelota de 20 kilómetros de diámetro. Este objeto, podría caber perfectamente en el área metropolitana de la ciudad de Guatemala. La pequeña dimensión de estos objetos no es su única característica extraordinaria. La masa de este objeto es increíble, mayor a la del Sol, muchísimo mayor a la de nuestro planeta Tierra y toda está compactada en esta esfera de 20 kilómetros. Estas estrellas son las más densas que se conocen en el Universo. Tan densas que están constituidas principalmente de neutrones comprimidos dentro de esa pequeña esfera de allí su nombre.
Sumado a esto, estas estrellas pueden llegar a tener campos magnéticos enormes, son los imanes más potentes que conocemos y por si todo esto fuera poco, estos objetos giran rápidamente sobre su eje; pueden llegar a girar hasta 650 veces por segundo, ¡Más rápido que un trompo! En algunas de estas estrellas, es posible detectar radiación cada vez que el polo magnético de la estrella apunta a la Tierra, es entonces cuando llamamos a estas estrellas pulsares.
En resumen, esto es lo que llamamos un púlsar, una estrella de neutrones altamente magnetizadas que giran rápidamente sobre su eje de rotación.
El pasado 28 de noviembre, se celebró el 50 aniversario del descubrimiento del primero de estos objetos, el púlsar PSR B1919+21, ubicado en la constelación del Zorro. Para connmemorar dicho aniversario, el observatorio de Jodrell Bank, ubicado en las afueras de Manchester Inglaterra, realizó observaciones con su antena de 70 metros del mismo objeto que tanto ha fascinado a los científicos modernos. Aquí comparto algunas de las observaciones donde se pueden ver claramente los púlsos del objeto (de allí su nombre, pulsar).
A la fecha se conocen más de 2600 pulsares en nuestra Galaxia y varias decenas en galaxias satélites cercanas como las Nubes de Magallanes. Gracias a ellos se ha aprendido acerca de formas exóticas de materia y se han podido comprobar teorías de la gravedad y del espacio tiempo. es por eso que la investigación de estos objetos no termina aún.