¿Qué es un antisocial?
En nuestra cultura, existe un concepto erróneo a cerca de lo que es un antisocial, por lo que primero es preciso aclararlo. Una persona que es antisocial, no es quien no sale de su casa los viernes, quien no tiene interés por relacionarse con los demás o quien prefiere la soledad a la compañía. Según la psicología, estos síntomas son propios de patologías como un Trastorno de la Personalidad Esquizoide o incluso Trastorno de la Personalidad Evitativo. Una persona con un Trastorno de la Personalidad Antisocial, también llamada Sociópata, se caracteriza por un comportamiento en contra de las leyes aceptadas socialmente. Son personas que no tiene la capacidad de moldearse a las normas establecidas, a pesar de saber que están haciendo un mal, actúan impulsivamente y suelen cometer delitos graves. No tienen sentido de culpabilidad ante sus actos y saben perfectamente que lo que hacen no es correcto. Este trastorno incluye a los piromaníacos, quienes inician fuegos solamente por diversión; a los cleptómanos, quienes no pueden dejar de robar y a los asesinos más mórbidos, quienes matan sin ningún fin en específico y causan sufrimiento a personas que no conocen, sin motivación real. Es una enfermedad que necesita atención psiquiátrica, ya que no se le puede inculcar a la persona la culpabilidad necesaria para que no cometa crímenes que pongan en riesgo tanto su vida, como la de los demás. Si desea conocer más acerca de esto, haga clíck aquí.
El Trastorno de la Personalidad Antisocial es uno que sin duda impacta a las personas. En Estados Unidos, los antisociales son aquellos que toman un arma y sin razón aparente, masacran a cualquier persona que tienen en frente con el solo fin de matar. No son los terroristas de medio oriente, ni los adolescentes marginados, ya que ninguna creencia o venganza los lleva a actuar de esta manera terrible, solo lo hacen por que sí. Un antisocial es como el hombre, que, aparentando una vida completamente normal, un día tomo una ametralladora y decidió terminar la vida de millones de personas en un concierto en Las Vegas. Generando estudios exhaustivos por parte de las autoridades para tratar de descifrar qué lo había llevado a actuar así. Sin embargo, esto es lo peligroso de esta patología, no hay razón, no hay antecedente, no hay abuso, no hay excusa; y por eso es tan aterradora. No se pueden predecir.
¿Estaremos Acostumbrados?
A pesar de esto en varios países, se ha generado un ambiente de psicología preventiva, en el cuál se trata de alentar a personas a que, desde edades escolares, sepan identificar a personas que parecen no tener culpa, escrúpulo y vergüenza, ante situaciones en las cuales cualquier persona se sentiría de esta manera. Es tan desafiante para una mente, encontrarse con una persona así, que busca su propia manera de explicarse la situación, evitarla y encontrar alguna razón, aunque no la haya. Es por esto que cuando algo así sucede, vemos en las redes sociales ondas enormes de personas que lamentan las situaciones, procuran evitarlas y sienten una enorme confusión ante algo que parece ajeno a un humano. Sin embargo, en nuestro país esto pasa casi desapercibido. ¿Se dan cuenta lo acostumbrados que estamos a los antisociales?
Vivimos sumidos en un mundo de violencia, en el que amanecemos y una cabeza es encontrada en una de nuestras calles y la noticia no dura más de un día. ¿Cuántas veces hemos escuchado algo así? ¿Cuántas masacres sin sentido se dan diariamente en Guatemala? Esto es algo que realmente tenemos que reflexionar, ya que, aunque nuestro país sea uno con mucha violencia, ¿será normal que estemos acostumbrados a esto? Guatemaltecos, tenemos que empezar a darle la importancia que en otros países se les da a actos como este, porque la consciencia empieza con nosotros, con nuestra voz, con nuestra capacidad de no dejar que la violencia nos deshumanice. Esto que pasa todos los días en nuestras calles, con gente que está tan enferma que necesitaría estar medicada, puede ser frecuente, pero en ningún momento debe ser normal. No permitamos que algo que en otro momento sería tan disruptivo se vuelva algo por lo que no nos levantemos, no manifestemos por la política sin olvidarnos de que cosas así nos han cambiado la misma esencia humana de sufrir por el sufrimiento ajeno, pues es nuestra humanidad lo único que nos puede llevar a cambiar y a poco a poco, darle a este tema, la importancia que merece.