Hace poco tuve la oportunidad de ver Mother!, la última película del director Darren Aronofsky, un metraje que ha polarizado al público y a la crítica. En un foro leí que la llamaban “la peor película del siglo”, en una época en donde el cine no es mas que efectos especiales carísimos, sonidos fuertes y explosiones a granel, malas actuaciones, pobres adaptaciones e historias carentes de sentido, viene una propuesta como esta y logra disgustar a muchas personas de sobremanera.
Le atribuyo este tipo de fracaso al hecho de que es una película que se convirtió en tendencia, con un elenco de estrellas de cine y no desconocidos actores de un continente muy lejano, distribuida por un estudio grande de los Estados Unidos, en pocas palabras una película cuya intención puede ser puramente artística se mezcla con las butacas palomiteras del cine regular, con o sin intención. Rara vez el cine popular cruza caminos con el cine de autor, pero en una época en donde hacer mega producciones con presupuestos que curarían el cáncer puede ser la formula para un fracaso rotundo, no me sorprende que Hollywood decida apostar por proyectos diferentes pero no menos caros.
La interpretación de Mother! cae en un subjetivismo netamente del espectador en donde los conceptos y las criticas que esta cinta maneja como la maternidad, la religión, el egoísmo, la fama e inclusive la claustrofobia, son cosas que no todos apreciarán a primera vista o habrán algunos que verán mas allá de eso. Esta película será una tortura para alguien que espera cierto tipo de lógica audio visual, demasiado que digerir con sus intensas secuencias y su muy bien orquestada locura.
Definitivamente algo diferente y sorprendente, pero es simple al final, la amas o la odias. En mi caso me gustan muchísimos factores de ella y a su vez detesto otros (Javier Bardem por ejemplo), pero puede ser el resultado de combinar dinero, talento y estupefacientes o auto indulgencia desmedida de alguien con una posición de poder, una pieza de arte incomprendida o un buen intento cinematográfico que peca un poco de pretencioso. Quizá al final un poco de todo.