La creación de la vacuna contra el COVID-19 ha supuesto un preliminar alivio para la pandemia que ha mantenido al mundo entero en crisis. Tras un año de convivencia con el virus, el acceso a la dosis que permite alivianar los efectos del coronavirus se ha convertido en el principal objetivo de naciones de todo el mundo.
En Estados Unidos, cada día son vacunados millones de personas y estas vuelven a poder sentir un poco de normalidad al asegurarse de no contraer síntomas críticos. Sin embargo, existen ciertas medidas que, a pesar de ya contar con la vacuna dentro del organismo, no se pueden dejar de hacer y que siguen con la tendencia de distanciamiento, uso de mascarilla y el lavado constante de manos.
Es necesario recalcar que la vacuna contra el COVID-19 de los distintos laboratorios y farmacéuticas no previene contraer la enfermedad. Aún con la vacuna, se puede resultar positivo por coronavirus y contagiar a otros.
Al ser una vacuna nueva, los efectos secundarios aún están presentes y las autoridades de salud, farmacéuticas y médicos dan a conocer antes de su aplicación. Los efectos más comunes aparecen apenas minutos después de aplicar la dosis de la vacuna. Se suelen presentar en el brazo cierto dolor, enrojecimiento o hasta hinchazón. Posteriormente, se puede manifestar cansancio, dolor de cabeza o muscular, así como escalofríos, fiebre y náuseas según aclaran los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Durante las jornadas de vacunación en Estados Unidos, los pacientes suelen estar en observación entre 30 y 40 minutos. Este procedimiento se realiza para poder tomar acciones en caso de una reacción negativa del cuerpo ante la administración del medicamento.
Las CDC también aclaran que “el organismo necesita tiempo para generar protección luego de aplicarse cualquier vacuna. Las personas se consideran completamente vacunadas dos semanas después de haber recibido la segunda dosis de las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer-BioNTech o Moderna o AstraZeneca.” En caso de que la vacuna recibida sea de una sola dosis, también es necesario esperar hasta dos semanas.
La primera aclaración que han considerado laboratorios como Pfizer, AstraZeneca o Johnson & Johnson, es mantener el uso de la mascarilla tras recibir la dosis. El coronavirus aún puede ingresar al organismo, convertir al paciente en portador y contagiar a otros, así como crear peligro para aquellos que aún no reciben la vacuna de poder generar complicaciones por la enfermedad.
Las medidas de distanciamiento y uso de mascarilla también aplican para los viajes o reuniones, en especial cuando se trata de un grupo con personas mayores o que no han sido vacunadas.
En caso de resultar contagiado, las CDC afirman que si ya se cuenta con la vacuna, ya no es necesario un tratamiento a menos de que se presenten síntomas. La situación cambia al estar viviendo con personas que no han recibido la vacuna, por lo que se tendría que entrar en cuarentena para evitar que otros se contagien y corran el riesgo de tener efectos peligrosos por el COVID-19.